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Fortalecer el sistema inmune, tu mejor estrategia de defensa

Niño

Mantener fuerte la barrera protectora del cuerpo contra enfermedades, infecciones y ataques externos es fundamental para la salud. Una buena alimentación, el ejercicio y el descanso ayudan a mantener un sistema inmunitario vigoroso y un organismo equilibrado para poder hacer frente a todo tipo de agentes extraños

Cada día nos exponemos a millones de gérmenes y ninguno estamos libre de ser atacado por algún agente causante de enfermedades, como virus, bacterias, hongos u otros parásitos. Afortunadamente, contamos con una poderosa arma que nos defiende a diario de estos microorganismos: el sistema inmunológico.

Este sistema –compuesto por una red de células, tejidos y órganos- siempre está alerta y preparado para actuar en equipo y proteger nuestro cuerpo de los agentes externos que pueden penetrar en nuestro organismo y hacernos daño. Y también, de agresiones internas, como las que pueden hacernos células de nuestro propio cuerpo que hayan sufrido modificaciones. Por ejemplo, las células tumorales.

Este “ejército” es capaz de reconocer millones de microbios diferentes y de destruir con eficacia esos cuerpos extraños y enemigos que llegan a nuestro organismo. ¿Y cómo lo hace? Mediante un proceso compuesto por distintos pasos que se conoce como “respuesta inmune” y en la que los leucocitos o glóbulos blancos tienen un papel fundamental. Y es que son las células que permiten que el cuerpo recuerde y reconozca a invasores previos y ayudan también a destruirlos.

La mayoría del tiempo, nuestro sistema inmunológico realiza un gran trabajo, manteniéndonos sanos y previniendo posibles infecciones. Pero a veces surgen problemas que provocan enfermedades e infecciones. Entre los trastornos inmunológicos más comunes se encuentran:

    • Alergias y la hipersensibilidad a ciertas sustancias. Son reacciones o respuestas exageradas del sistema inmune ante un alérgeno, por sí mismo inofensivo e inocuo. La respuesta inmune puede producir síntomas como hinchazón, ojos llorosos y estornudos e incluso una reacción llamada anafilaxia, que representa una amenaza de vida.
  • Trastornos por inmunodeficiencia (primaria o adquirida). Aparecen cuando hay disminución o ausencia de la respuesta inmunitaria del cuerpo. Las inmunodeficiencias causan a las personas afectadas una gran susceptibilidad a padecer infecciones. Algunas personas nacen con este trastorno, es lo que se conoce como inmunodeficiencia primaria. Pero las inmunodeficiencias también se pueden adquirir a través de una infección o pueden ser producto de medicamentos. Son las inmunodeficiencias secundarias o adquiridas. Estas incluyen el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y las inmunodeficiencias provocadas por medicamentos.
  1. El lupus
  2. La artritis reumatoide
  3. La esclerodermia
  4. La esclerosis múltiple
  5. La psoriasis
  6. La enfermedad de Graves-Basedow
  7. El síndrome de Sjögren
  8. La diabetes tipo 1
  9. La tiroiditis de Hashimoto
  10. La enfermedad de Addison…

Está claro que el sistema inmunológico es esencial para nuestra supervivencia en un mundo lleno de microbios potencialmente peligrosos, de ahí la importancia de mantenerlo al 100%. Porque con un sistema inmune debilitado, somos presa fácil de cualquier infección.

Para saber si tu cuerpo anda bajo de este tipo de defensas, debes prestar especial atención a ciertos síntomas: si te cansas ante cualquier esfuerzo; si tienes infecciones frecuentes en la orina, de estómago, las encías inflamadas, diarreas, resfriados constantes, gripes y dolores de garganta o si tus heridas tardan en cicatrizar, se te inflaman y duelen, es posible que tus defensas estén bajas.

Recomendaciones para mantener fuerte el sistema inmunológico

Recuerda que el sistema inmunológico es el gran Departamento de Seguridad de tu cuerpo y que fortalecerlo, es tu mejor estrategia de defensa. ¿Cómo conseguirlo? Estas son algunas recomendaciones:

    • Cuida la dieta. Una buena alimentación es sinónimo de salud. Mantén una nutrición equilibrada, rica en alimentos antioxidantes, frutas (especialmente, aquellas que contienen altos niveles de vitamina C), verduras y proteínas magras. Recientes estudios también han puesto de manifiesto cómo la Vitamina A (que se puede encontrar en zanahorias, mantequilla y queso) ayuda a mantener en equilibrio la microbiota del cuerpo y, a su vez, el sistema inmune ). Evita el azúcar, las grasas y el alcohol y mantén un peso saludable.
  • Descansa y duerme las horas apropiadas. A veces no le damos la importancia que tiene al sueño reparador y relajado, pero es el mejor momento para permitir al sistema inmunológico recuperar energías y así que pueda seguir trabajando a un buen nivel de rendimiento. De hecho, la falta de sueño puede debilitar tu sistema inmune.
  • Controla el estrés. Los científicos han descubierto que el sistema inmune se debilita en personas con estrés crónico. Se acumulan toxinas en el organismo, lo desgasta y, por tanto, es más probable que enfermemos con más rapidez y facilidad. También puede verse alterado el comportamiento social, tal y como ha descubierto un equipo de científicos recientemente. Esto supondría que un mal funcionamiento del sistema inmunológico podría estar detrás de los «déficits sociales” típicos de numerosos trastornos neurológicos y psiquiátricos.
  • Haz ejercicio. Es un una actividad anti estrés, que te ayuda a liberar la energía negativa que acumulas a lo largo día y transformarla en fortalecimiento, tanto de tu sistema inmune como de tu grupo muscular.
  • Higiene y limpieza. El simple hecho de lavarte las manos con cierta frecuencia elimina un altísimo porcentaje de microbios y gérmenes que pueden afectar al sistema inmune.
  • Ventila a diario. Los espacios mal ventilados y sobrecalentados favorecen la proliferación de virus.

 

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