Biomedicina para enfermedades degenerativas
Cuando definimos la medicina integrativa, dijimos que ésta combina los medios de la medicina convencional y de la medicina complemantaria. Pero medicina sólo hay una, y lo importante es poder tener las máximas opciones para prevenir, curar o aliviar las enfermedades que afecten a cualquier ser humano, evitando en la medida de lo posible los efectos secundarios y las contraindicaciones. La medicina académica y la medicina biológica son totalmente compatibles.
La medicina moderna ha avanzado mucho en el tratamiento de las enfermedades agudas, pero suele fracasar cuando se enfrenta a un proceso crónico. Muchas veces nos encontramos con pacientes bloqueados e intoxicados por exceso de fármacos. Y los médicos a menudo recetan fármacos para tratar los efectos secundarios de otros fármacos, lo cual no parece lógico.
La mayoría de los enfermos son enfermos crónicos. Pero el médico ha ido perdiendo la visión de conjunto del cuerpo humano. Cada vez son menos internistas y menos médicos generales. Se ha llegado a tal especialización que muchos ya no ven el cuerpo humano como a un todo y sólo se ocupan de determinada parte muy concreta de él. Hay casos en los que un mismo paciente es tratado a la vez por cuatro especialistas diferentes, sin que nadie coordine esos tratamientos. Se está perdiendo la figura del médico de cabecera, que no sólo tenía una visión global del paciente sino que conocía todas sus circunstancias personales. Era el médico, confesor, amigo, profesor, etc.
La medicina moderna es una medicina supresiva y sintomática. Si tenemos un dolor nos dan un antiálgico; una infección por bacterias, un antibiótico; una infección por virus, un antivírico; una inflamación, un antiinflamatorio. Se ocupa de suprimir el síntoma.
Por el contrario, la medicina biológica, también llamada en EE.UU. integrativa, activa los mecanismos de defensa o les ayuda a luchar contra la causa de la enfermedad. Es una medicina preventiva y estimula los mecanismos naturales de autorregulación del organismo. Es natural porque ayuda al organismo a retornar al estado de salud y no sólo porque use productos naturales o hierbas para tratar las enfermedades.
Tampoco debemos pensar que la medicina moderna no sirve para nada. Por ejemplo, no podemos tratar una apendicitis con hierbas, masajes o medicamentos homeopáticos. Si la indicación es quirúrgica, no hay que perder tiempo. Operemos al paciente. Eso sí, trataremos de forma natural al paciente en el posoperatorio para que se recupere antes.
Ambas medicinas deberían de ser complementarias y los médicos deberíamos dejar de hacer enfrentamientos mutuos absurdos. Nuestra misión es atender, aconsejar y cuidar de que el enfermo se restablezca y recupere la salud perdida.
Estar sano es lo normal
Estar sano es el estado normal del ser humano. Desde que nacemos se pone en marcha nuestro reloj biológico y a partir de ahí estamos influenciados por todo lo que nos rodea, especialmente por nuestra madre. De este modo, desde nuestros inicios, dependeremos de la vida que hagan nuestros mayores. Así que los padres somos responsables directos del estado de salud de nuestros hijos y deberíamos ser los asesores sanitarios de la familia.
Si nuestro estado normal es estar sanos, tendremos que definir qué es la salud y qué es la enfermedad.
Podríamos definir la salud como el estado armónico de todas las funciones de los órganos y tejidos del cuerpo humano, de la mente y del alma, en relación con el entorno y con todo cuanto vamos encontrando. Salud es plenitud física, emocional, mental y espiritual. Todos los métodos de perfeccionamiento espiritual nos inducen a mirar desde dentro. Lo mismo que ocurre con la salud: toda curación proviene del interior. El cuerpo se cura a sí mismo. El proceso podrá ser iniciado o potenciado por una fuente externa que ponga en marcha la curación.
Conociendo nuestras debilidades deberemos cuidarnos para corregirlas. Pese al peso de la herencia, podemos evitar muchas enfermedades. En muchos casos el mal estar físico no es más que una llamada de atención por parte del cuerpo físico para que modifiquemos nuestras costumbres y nuestros hábitos, antes de que sea demasiado tarde. Nos referimos a esos síntomas aislados que a veces sufrimos. Dolores de cabeza, náuseas, insomnios, picores cutáneos, etc. Es la manera que tiene nuestro organismo de advertirnos de que llevamos mala vida, de que debemos cambiar el rumbo.
Y para ello, tenemos que encontrar el método o la combinación de métodos más idóneos para reequilibrar el organismo. Lo primero es que utilicemos el sentido común. Todos los extremos son negativos. No hay nada absoluto. Todo es relativo. Ya nos lo explicaban los chinos desde hace 5000 años con las teorías del Yin y el Yang.
No debemos polarizarnos totalmente ni en lo físico, ni en lo emocional, ni en lo mental ni en lo espiritual. La dolencia nos indicará dónde se encuentra el desequilibrio o el estrés que nos amarga la vida. Hay que buscar la causa. El proceso de curación holística o integradora nos permitirá conocer la causa y devolverá el equilibrio al organismo. Si sólo tratamos los síntomas y nos olvidamos de la causa real que ha roto el equilibrio, estas energías desequilibradoras buscarán una nueva oportunidad para manifestarse.
En el caso de las enfermedades reumáticas, muchas veces la medicina moderna ofrece la toma de analgésicos y antiinflamatorios de por vida. Pero la culpa no la tenemos sólo los médicos. El paciente se ha vuelto comodón y prefiere tomar pastillas en vez de modificar sus hábitos. Es más cómodo adoptar una actitud pasiva que activa ante la enfermedad.
Cuando a un paciente, ante una enfermedad reumática, le decimos que como primera medida debe comer unas semanas exclusivamente fruta y verdura, se lleva las manos a la cabeza. Y todavía se extraña más cuando le hablamos de vaciar el intestino y le proponemos una hidroterapia de colon. Cuántas veces no hacemos los ejercicios que el médico nos ha recomendado practicar a diario para mejorar nuestras articulaciones. Cuántas veces!
Enfermedades reumáticas y medicina integrativa
Las enfermedades reumáticas son aquellas que afectan a los huesos, las articulaciones, músculos, tendones y ligamentos, en definitiva, al aparato locomotor. Existen más de 250 tipos de enfermedades reumáticas y es importante diagnosticarlas correctamente y establecer el protocolo de tratamiento para cada caso y paciente.
La medicina del futuro que va a revolucionar las enfermedades reumáticas va a ser la medicina regenerativa. En Biosalud, es en la artrosis donde hemos conseguido los mejores resultados, haciendo innecesarios los tratamientos para el dolor con antiinflamatorios, que tienen efectos secundarios bien conocidos.
Respecto a la artritis reumatoide, usamos técnicas muy avanzadas en el control de la inflamación y el dolor, sobre todo, carentes de efectos secundarios y contraindicaciones, tales como la Ozonoterapia, Mesoterapia, Magnetoterapia Focal, Terapia de Biorregulación Electromagnética, Acupuntura, Physicalm, Fotonterapia, Auriculomedicina, Crioelectroforesis, Hidroterapia de colon, Terapia Neural, Homeopatía, Fitoterapia, Medicina Ortomolecular, Biomedicina Inmunogenética, Terapia celular y Medicina Regenerativa … En próximas fechas podremos tratar la artritis reumatoide mediante un tratamiento inmunomodulador a través de una vacuna específica y personalizada para cada paciente, que conseguirá que el sistema inmune deje de agredir a las partes blandas de las articulaciones. Eso si no se trata de una Enfermedad de Lyme, en cuyo tratamiento está muy especializado el Dr. Mariano Bueno, director médico y fundador de Biosalud.
En los casos de osteoporosis, utlizamos una combinación de técnicas: dietoterapia desacidificante, medicina ortomolecular, fitoterapia, homeopatía , medicina espagírica, oligoterapia catalítica, etc La mejora es espectacular. Buscamos la causa, la resolvemos y por ello desaparece la osteoporosis.
Hemos comprobado que muchos casos de fibromialgia o de síndrome de fatiga crónica son en realidad una enfermedad de Lyme, por lo que no se van a curar hasta que no se traten con un tratamiento anti-infeccioso y personalizado.
Podemos decir que muchas veces la clave en las enfermedades reumáticas está en el tratamiento de la enfermedad de fondo que realmente está provocando el problema. No hay patrones comunes, cada caso es diferente y requiere una atención realmente personalizada.
También nos ocuparemos de la alimentación que el paciente ha tenido y que le ha podido provocar la enfermedad, así como de todas aquellas causas extraarticulares que pueden originar enfermedades reumáticas, y de términos tan poco conocidos como geopatías, alergias e intolerancias alimenticias, odontología neurofocal, focos amigdalares, cicatrices interferentes, colopatías articulares, meteoropatías, contaminación por metales pesados, etc.
Con la nueva apertura de la unidad de Medicina Regenerativa va a cambiar completamente la vida del paciente artrósico. Se va a revolucionar el tratamiento de la artrosis y esperamos que miles de pacientes cambien sus dolores articulares por ejercicio moderado y vida sana y plena.
Resumiendo, estimularemos los mecanismos naturales de autorregulación del organismo para ayudarle a regresar a su estado anterior de salud y curar sus articulaciones, teniendo en cuenta la persona en su totalidad (cuerpo, mente y espíritu) y haciendo uso de todas las terapias apropiadas, tanto convencionales como complementarias, y por último regenerando las estructuras dañadas mediante técnicas de regeneración.
2 comentarios en «Medicina integrativa en enfermedades reumáticas»
padezco de reumatismo sacroiliaco me gustaria saber si tienen alguna alternativa ya que mis dolores son demasiado fuertes.
Interesante aporte a un tema tan importante como esté. Gracias por compartirlo.
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