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Omega 3, los ácidos grasos que controlan tu estado de salud

Plato comida Omega 3

Ningún elemento por si solo mantiene la salud de nuestro cuerpo pero sí que puede ser esencial para el funcionamiento del organismo. Los Ácidos grasos Omega – 3 son uno de ellos ¿quieres saber por qué?

Si hay un elemento que cuida nuestra estructura cuerpo- mente, ese es el Omega -3. Estos ácidos grasos son eso, unas grasas saludables que contienen algunos alimentos y que debemos incluir en nuestra dieta.

Detrás de este nombre de película de ciencia ficción encontramos unas grasas poliinsaturadas que pueden ser alfa linolénico (ALA), el ácido eicosapentanóico (EPA) y el docosahexanoico (DHA). Si nos vamos a la nomenclatura de química orgánica estaríamos hablando, por ejemplo, de ácido linolénico ha recibido tradicionalmente el nombre de 9,12,15-octadecatrienoico. Unas denominaciones difíciles y poco memorables que, por estrategias de marketing pasaron a llamarse Omega-3.

Desvelado el primero y más superficial de los secretos del Omega -3, tenemos que mencionar la llave más natural y saludable de alcanzar unos niveles adecuados de este elemento: la dieta mediterránea. El aceite de oliva, el brócoli, las sardinas, el atún o las anchoas son algunos de los alimentos que contienen Omega-3. Aunque todos conocemos los beneficios de una de las dietas más saludables en todo el mundo, cada vez más nos alejamos de ella. La moda, el precio de los alimentos o el estilo de vida nos conducen a otro tipo de alimentación.

¿Cómo puedes saber si tienes niveles bajos de Omega-3?

En un análisis de sangre podemos extraer los niveles de los dos ácidos Omega-3 más importantes:  EPA (acido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico). Si ambos están a un nivel por encima del 7,5% respecto a todos los ácidos grasos presentes en la sangre, se considera que estamos en unos niveles aceptables. Por debajo de eso, incrementa el riesgo de padecer desde falta de sueño hasta enfermedad cardiovascular.

Además del análisis, hay otros signos que nos indican niveles bajos de Omega-3 como la piel seca, el cabello débil o las uñas frágiles y quebradizas. Si estos ácidos grasos, nuestra piel no absorbe algunos nutrientes que ayudan a mantenerla lustrosa. Lo mismo sucede con los folículos pilosos que acogen estos ácidos grasos y fortalecen el cabello- Además, el Omega- 3 ayuda a reducir la inflamación cutánea, también del cuero cabelludo y previene la caída del pelo.

Los problemas de sueño, la falta de concentración y el cansancio también pueden ser síntomas de un nivel bajo de Omega-3, así como los dolores en las articulaciones ya que, como hemos mencionado antes, estos ácidos grasos tienen propiedades antiinflamatorias.

Existen en el mercado análisis específicos de ácidos grasos como los de Biosalud Day Hospital. Esta prueba, que puedes hacer desde casa, puedes medir la forma en la que metabolizas los alimentos y encontrar la causa de carencias de vitaminas y otros componentes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo.

¿Qué consecuencias tiene para nuestra salud una dieta pobre en ácidos grasos?

El riesgo para la salud más conocido en relación con el Omega -3 es el de enfermedad cardiovascular. Es decir, el Omega-3 en niveles adecuados ayuda a prevenir el infarto o la presión arterial pero solo en personas sanas. Las personas con una patología coronaria no van a recuperarse gracias al Omega-3 sino que requieren otro tipo de tratamientos. Lo mismo sucede con la población que tiene riesgo de enfermedad cardiovascular por otros motivos.

Además, los ácidos grasos protegen frente a la arterioesclerosis y bajan los niveles de colesterol “malo” que podamos tener en el organismo. El Omega-3 también ayuda a disminuir la presión arterial.

Unos bajos niveles de EPA y DHA también afectan a nuestra capacidad cognitiva. En personas mayores con unos niveles adecuados de Omega-3, se ralentiza la pérdida de volumen cerebral y por lo tanto, del envejecimiento cerebral y deterioro cognitivo. Se estima en dos años el tiempo que podemos mantener un nivel de memoria y capacidad de razonamiento. Los estudios, además han demostrado la relación entre el volumen de Omega-3 en sangre y el volumen del área del hipocampo, una parte del cerebro clave en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

Las propiedades antiinflamatorias se han puesto en evidencia al relacionarlas con una menor incidencia de la artritis reumatoide, como explicamos en este artículo.

Las mujeres embarazadas también deben prestar atención a sus niveles de Omega -3. Este ácido graso tiene beneficios para la madre gestante y para el bebé. Para la primera, ayuda a prevenir la depresión post parto. Además, reduce el riesgo de parto prematuro y favorece el desarrollo del bebé: su sistema nervioso periférico central, su sistema visual e incluso su sistema inmunológico, con la prevención de alergias o patologías y síntomas de origen inflamatorio.

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