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El tratamiento del dolor y la calidad de vida

Medicamentos en una mano

El dolor puede tener diferentes orígenes, venir de repente o acompañarnos siempre. Pero hay formas eficaces de librarnos de las molestias, solo tenemos que encontrar la causa del dolor y aplicar un tratamiento adecuado.

“Me duele las espalda ¿qué puedo hacer? He bajado a la farmacia a por un medicamento pero no remiten las molestias” “Tengo un analgésico en casa pero no sé cuánto tengo que tomar” “No entiendo por qué en la farmacia no me dan algo más fuerte”. Seguramente muchas personas hemos tenido estas reflexiones al buscar una solución para el dolor y no hemos obtenido respuesta en nuestro entorno.

Los medicamentos de venta libre, especialmente los analgésicos nos permiten tratar el dolor puntual y leve sin necesidad de una receta médica. Probablemente esto ha contribuido a su abuso en el consumo y ha extendido el concepto de “automedicación”, una práctica que no aporta eficacia a los tratamientos y sin embargo, sí puede tener efectos secundarios adversos.

El problema no es el uso puntual sino que nos acostumbremos a medicarnos ante un dolor recurrente y convivamos con esta molestia que “va y viene” sin acudir a un especialista que determine su causa y nos ayude a encontrar el origen del dolor y actúe para mejorar nuestra calidad de vida. 

Lo primero que queremos aclarar es el uso que debe darse a los principales analgésicos de venta sin receta. Aunque como especialistas en medicina biológica somos defensores de otro tipo de tratamientos, lo cierto es que muchas personas recurren a ellos cuando sufren un dolor puntual y consideramos que es importante conocerlos.

Aunque siempre se hace referencia al uso indistinto entre paracetamol, ibuprofeno y Aspirina (nombre comercial del ácido acetil salicílico), lo cierto es que el analgésico más vendido en España es el Nolotil, la marca más conocida que contiene metamizol, un principio activo que se usa para el tratamiento del dolor agudo o moderado y que puede servir de antipirético cuando otro tipo de componentes no funcionan. Con más de 22 millones de cajas vendidas en 2017, las autoridades sanitarias recuerdan que este medicamento solo debe venderse con receta, para tratamientos cortos y con controles por el riesgo de agranulocitosis, una reacción adversa poco frecuente pero grave.

Es importante conocer los efectos de los medicamentos y consultar con tu especialista

Tanto el Nolotil como el paracetamol en dosis de un gramo o el ibuprofeno en dosis de 600 gramos están sujetos a prescripción médica desde hace años. Sin embargo, no ha sido hasta hace unos meses cuando las autoridades sanitarias han tomado medidas y obligan a las farmacias a ceñirse a los formatos de venta libre cuando se acude sin receta. ¿Por qué se ha tenido que recurrir a este “endurecimiento”? Porque ningún medicamento es inocuo. Más allá de aliviar el dolor, que lo hacen, tienen efectos secundarios y no todos sirven para todas las personas. Sin embargo, no siempre somos conscientes de estas consecuencias sobre nuestro organismo.

El paracetamol actúa sobre el cerebro, sobre nuestra percepción del dolor y no en la zona dañada. Una de sus ventajas es que no afecta al estómago pero puede afectar al hígado y al nivel de transaminasas, así como provocar hipotensión o hipoglucemia. Incluso hay estudios que indican que su consumo puede reducir los niveles de empatía hacia las otras personas.

El ibuprofeno es analgésico y antiinflamatorio eficaz sobre el que debemos tener precauciones. La Organización Mundial de la Salud advierte que puede agravar las infecciones previas del paciente y comporta riesgo en los casos de enfermedades cardiovasculares (su ingesta habitual, incrementa en un 31 por ciento las probabilidades de padecer un paro cardíaco). Otras complicaciones pueden derivar en fiebre, problemas respiratorios y otros relativos al hígado.

La aspirina tiene como principal efecto adverso la hemorragia digestiva, pero es poco frecuente cuando se consume en bajas dosis.

En cualquier caso, si acudimos a especialistas antes de tomar medicamentos, nos aseguramos de que se valoran tanto el beneficio como el riesgo de tomar unos u otros medicamentos y podemos consumirlos en condiciones de mayor seguridad. En este artículo encontramos más detalles sobre las características de los pacientes y los analgésicos de venta libre.

Podemos añadir que tanto el paracetamol como la Aspirina y el Ibuprofeno, tienen efectos antipiréticos aunque es el paracetamol la sustancia que más se utiliza y se recomienda como primera opción específica para el tratamiento sintomático de la fiebre.

Tratamiento del dolor sin efectos secundarios

El dolor agudo no es igual que el dolor crónico. Por ejemplo un Lyme tratado a tiempo puede ser liviano para el paciente, pero si se alarga en el tiempo el diagnóstico, el paciente toma medicamentos creyendo que su afección es otra, incurriremos en un Lyme crónico muy tedioso para el paciente. El primero responde a una lesión puntual como puede ser una cirugía o un golpe. El segundo, tiene más que ver con la inflamación de los tejidos y tiene una duración de más de tres meses. La buena noticia es que el dolor agudo responde bien a los analgésicos si se toman de forma adecuada y durante un tiempo determinado.

Pero hay más: el dolor crónico también puede desaparecer o, al menos, rebajarse y permitir a los pacientes llevar una vida normalizada. La respuesta está en la medicina biológica y en su compromiso por encontrar la causa de las enfermedades, el origen de los síntomas, y por activar las fuerzas curativas del organismo.

Si hablamos del origen del dolor, es probable que no se encuentre en el mismo punto en el que sentimos la molestia. Por ejemplo, un dolor de espalda puede estar originado por una tensión en la mandíbula y una hernia discal provocar dolor en toda la pierna. ¿Qué tratamos? ¿El síntoma o el origen del dolor? Después de estudiar cada caso, lo idóneo es diseñar un tratamiento personalizado con técnicas específicas poco invasivas y sin efectos secundarios. 

Desde nuestra perspectiva, influyen en el dolor los aspectos fisiológicos, los emocionales y los ambientales. La nutrición influye de manera decisiva en nuestro organismo y por eso debe formar parte también de un tratamiento contra la inflamación y el dolor. Entre los alimentos más recomendados para aliviar el dolor muscular, por ejemplo, se encuentran el café y el cacao (en dosis moderadas), el jengibre y la cúrcuma, los huevos o las espinacas. Además, para evitar la inflamación y el dolor que conlleva, aconsejamos eliminar de la dieta el azúcar refinado, los alimentos procesados, los lácteos y las carnes rojas, al menos durante una temporada.

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