El lupus es una enfermedad autoinmune y el Lyme, una enfermedad infecciosa. Si su origen no es el mismo ¿por qué pueden confundirse los diagnósticos? La sintomatología del lupus es muy amplia y en muchos casos coincide con la del Lyme.
El lupus es una enfermedad que afecta al colágeno, una proteína que se encuentra en nuestro tejido conectivo que mantiene unido el conjunto de nuestro cuerpo. El colágeno pierde elasticidad por lo que puede llegar a comprometer el funcionamiento de nuestros órganos.
La inflamación y el dolor pueden extenderse a todo el cuerpo ya que el tejido conectivo está presente en todo el organismo.
Por su parte, la enfermedad de Lyme está provocada por una bacteria que, más que como un agente infeccioso, actúa como un parásito. La bacteria borrelia burdogferi es una espiroqueta que, con su característica forma, se traslada por el organismo afectando a numerosos tejidos.
Pero ¿cuáles son los síntomas del Lyme? Como afirma la Dra. Nicole Rivera, del Integrative Wellness Gropu en Estados Unidos, “los síntomas de Lyme y Lupus pueden ser iguales: el dolor o la debilidad en las articulaciones, seguidos de problemas con el funcionamiento de alguno de tus órganos así como una disfunción en el sistema gastrointestinal o en los riñones; las infecciones recurrentes o la fatiga que puede tenerte fuera de servicio durante dos días”.
A todo esto se añaden los síntomas neurológicos que pueden ir desde los cambios de ánimo muy extremos hasta el comportamiento o el olvido.
De todas estas manifestaciones, algunas son inespecíficas y solo especialistas pueden detectar a través de la historia clínica, la necesidad de hacer pruebas más concretas. De hecho, cuando hay una confusión en el diagnóstico se recomienda indagar en los problemas de autoinmunidad que puede haber previamente.
Síntomas comunes a la enfermedad de Lyme y el Lupus
- Dolor en las articulaciones y rigidez, con o sin inflamación
- Dolores musculares, dolores o debilidad
- Fiebre sin causa conocida
- Mucho cansancio
- Sarpullido en forma de mariposa sobre la nariz y las mejillas
y otras erupciones en la piel - Pérdida o aumento de peso inusual
- Anemia (muy pocos glóbulos rojos)
- Dificultad para pensar, problemas de memoria, confusión
- Problemas renales sin causa conocida
- Dolor en el pecho al tener una respiración profunda
- Sensibilidad a la luz del sol
- Pérdida de cabello
- Dedos de color púrpura o pálidos
Los síntomas menos comunes entre ambas enfermedades son
- Los coágulos de sangre
- Convulsiones
- Llagas en la boca o la nariz (generalmente sin dolor)
- Dolor de cabeza intenso
- Mareos
- No ser capaz de juzgar la realidad
- Sentirse triste
- Ojos secos o irritados
Lupus como consecuencia del Lyme
El lupus y la enfermedad de Lyme se pueden solapar y realmente porque si una enfermedad autoinmune está afectando a una parte de tu cuerpo podría deberse a que hay una infección en ese tejido.
La espiroqueta se esconde en el tejido conectivo, más que en el torrente sanguíneo. Si el sistema inmunitario ataca ese tejido para luchar contra el Lyme, podría dañar el tejido y provocar un Lupus.