La sal, además de potenciar el sabor de los alimentos, es un mineral imprescindible para la vida. Hace que el organismo esté bien hidratado, controla la cantidad de agua en nuestro cuerpo y es esencial para que el sistema nervioso envie impulsos al cerebro.
Peligros del exceso de sal
Pero un consumo de sal excesivo puede ser peligroso para la salud, puede hacer que el volumen de sangre circulante se incremente y el corazón trabaje más para mover toda la sangre, lo cuál da lugar a la hipertensión.
Y además de la hipertensión, hay un vínculo directo entre un alto consumo de sal y un riesgo mayor de ictus y enfermedad cardiovascular.
Disminuir en 5 gramos la sal de nuestra dieta reduce en un 23 por ciento la posibilidad de ictus y en 17 por ciento la enfermedad cardiovascular.
Consumimos más sal de la recomendada
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que no se exceda de 5 gramos al día y la mayoría de la población adulta mundial excede los 10 gramos al día.
Un avance hacia objetivos aconsejables parece lento y es preciso una regulación y campañas de promoción de la salud, para reducir las muertes evitables, la discapacidad y los costes para los invididuos y la sociedad.
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