La microbiota intestinal juega un papel decisivo en la salud del aparato digestivo, y del organismo en su conjunto. Se compone de 10 millones de bacterias y su equilibrio es fundamental para nuestra salud
El 29 de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Digestiva. Si el año pasado se centraron en la importancia del microbioma intestinal, este año, quieren sensibilizar sobre otra pandemia, la de la obesidad. Pero ¿qué tiene que ver este problema con la salud intestinal? La grasa abdominal interna puede afectar al funcionamiento de nuestro sistema inmunitario.
Cuando los adipocitos no pueden acumular más grasa, comienzan a liberar moléculas que favorecen la inflamación de los tejidos y por tanto, puede haber una activación constante del sistema inmunitario. Esto conlleva una mayor probabilidad de generar una enfermedad autoinmune. En estos casos, nuestro sistema inmunitario no se activa por una amenaza externa sino por una interpretación equivocada de la respuesta de los adipocitos.
El aumento de la obesidad en España está provocando un aumento de las enfermedades crónicas asociadas. Esta patología afecta a la secreción de anticuerpos y a la inmunidad celular. Además de la obesidad, hay otros aspectos que afectan a nuestra salud intestinal.
¿Cómo funciona la microbiota y qué funciones cumple?
La microbiota no se extiende de forma homogénea por el intestino. En el estómago la densidad de bacterias es mínima. De hecho, la mayor concentración se encuentra en el colon. Durante los primeros meses de vida y después de los 70 años de edad se produce la mayor diversidad de especies que habitan en ella.
Una de las funciones más importantes que desempeña es la de facilitar la digestión de los alimentos. La microbiota se encarga de fermentarlos en el colon proporcionando ácidos grasos de cadena corta. Además, actúa a modo de barrera protectora contra las bacterias peligrosas, preservando el correcto funcionamiento del organismo. Y, por último, no hay que olvidar que la microbiota intestinal estimula el sistema inmunitario.
Salud intestinal: síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable es un trastorno habitual que afecta al intestino grueso. Las causas por las que aparece pueden ser muy variadas como, por ejemplo, el estrés o una infección de carácter grave. Ciertas anomalías en el sistema nervioso también pueden provocar un gran malestar cuando el abdomen se estira por las heces o los gases.
Aunque los síntomas pueden variar de un paciente a otro, los más comunes son el dolor en la zona abdominal, la hinchazón y el cambio en la forma y en el color de las heces. Los signos más graves incluyen diarrea nocturna, sangrado rectal, vómitos sin razón aparente y pérdida de peso.
Esta enfermedad es más habitual en mujeres menores de 50 años con antecedentes de síndrome de intestino irritable. El tratamiento va dirigido a aliviar los síntomas y a mejorar la calidad de vida del paciente. Resulta conveniente adquirir ciertos nuevos hábitos como tomar alimentos con un alto contenido en fibra, beber mucha agua, dormir bien y hacer ejercicio.
Molestias intestinales más comunes por malos hábitos
Puedes sufrir molestias en el intestino como, por ejemplo, hinchazón abdominal y flatulencias, si llevas a cabo una serie de malos hábitos. Uno de los peores es consumir sustancias o alimentos que son mal tolerados por la microbiota. Nos referimos a la bollería industrial. Se trata de un alimento sin ningún valor nutricional y con un alto contenido en grasas saturadas.
Además, es importante que secundes ciertas pautas a la hora de comer. Lo ideal es que hagas cinco comidas diarias de menos cantidad con el fin de facilitar el tránsito intestinal. Tómatelo con calma, masticando bien los alimentos para que al tragar los bocados estén bien procesados.
Las frutas y verduras son indispensables. Los nutricionistas recomiendan tomar cinco piezas diarias y, si son de temporada, mucho mejor. Aunque la alimentación es la base del buen estado del intestino, también hay otros factores que influyen como ,por ejemplo, el estrés. El estrés es una de las enfermedades más comunes en la actualidad, y si tú también lo sufres, es conveniente que tomes alguna infusión o suplemento calmante y que realices alguna actividad como yoga o meditación.
La salud de la flora intestinal influye, en gran medida, en la digestión de los alimentos y en el metabolismo. Por tanto, es necesario cuidarla. Apuesta por los alimentos con prebióticos para promover el crecimiento y desarrollo de las bacterias que son beneficiosas para el organismo. Los probióticos también son de gran ayuda, y están presentes en los alimentos fermentados.