Las personas mayores son más sensibles a diferentes estímulos pero ninguno les afecta tanto como el frío. La causa está en el deterioro de la función inmunitaria de la grasa.
El envejecimiento es un fenómeno que afecta a todas las personas a lo largo de la vida. Cuando transcurre de forma natural, las células y funciones del organismo van perdiendo su capacidad, pero en principio este proceso no conlleva ningún trastorno más allá de las progresivas limitaciones del propio envejecimiento.
Sí es cierto que el deterioro de diversos elementos del organismo, hacen que las personas mayores sean más susceptibles a diversos estímulos y tengan una mayor propensión a desarrollar trastornos autoinmunes.
La caída de las temperaturas tiene consecuencias a nivel físico en todas las personas, pero especialmente en las personas mayores. Esto se debe a algunas características de las células adiposas. Sí, cuando se dice que la grasa “nos protege del frío”, estábamos en lo cierto, y ahora, gracias a un estudio de las universidades de Yale y la de California – San Francisco, sabemos por qué.
El papel de las células y los efectos del frío en los mayores
Este proyecto de investigación científico ha arrojado respuestas concretas a las preguntas que nos hacemos en relación a las personas mayores y el frío. Resulta que las células inmunitarias de la grasa están pensadas para protegernos de las bajas temperaturas. Sin embargo, esta función puede deteriorarse con el tiempo, haciendo que las personas padezcan más inflamaciones debido al frío, así como un mayor número de enfermedades crónicas.
El estudio, publicado en la revista ‘Cell Metabolism’, utilizó como muestra a una serie de ratones en los que se estudió la evolución del tejido adiposo. Resultó que las células innatas, que se dedican a restablecer el calor corporal, podían causar muerte inducida por el frío debido al deterioro de sus funciones. Con el tiempo, estas células pierden su capacidad de acción y, tanto ratones como personas, se vuelven más vulnerables a los daños de las bajas temperaturas.
¿Qué peligros tiene el frío para las personas mayores?
Uno de los principales riesgos que tiene el frío para las personas de estas edades es la rigidez de las articulaciones. Además, los huesos pueden resentirse y tener mayor facilidad para dañarse en personas mayores de salud débil. Uno de los motivos es que el frío contrae la materia, haciendo que cualquier elemento del cuerpo sea menos flexible en general.
Además de este aspecto motor, las personas mayores pueden sufrir problemas para respirar, tales como bronquitis, amigdalitis o neumonías. En personas de avanzada edad, este tipo de enfermedades pueden causarles dificultades respiratorias graves. Las personas que son incapaces de inspirar y espirar de forma repetida, pueden sentir ahogos de diferente tipo.Muchas personas de esta edad viven solas, por lo que pueden exponerse a enfermedades respiratorias severas sin los cuidados adecuados.
También las capas superficiales de la piel pueden secarse y rasgarse con el frío. Las personas mayores no cuentan con tanta vitalidad epidérmica, ni con la capacidad para regenerarse de forma rápida. Igualmente, las heridas pueden tardar más en curarse y cicatrizarse de forma segura en personas mayores.
Está comprobado que puede haber una serie de daños a nivel cognitivo, ya que las personas mayores tienen más dificultad para razonar y comunicarse.
Y además, está el virus de la gripe, que en invierno afecta a más del 10 por ciento de la población mayor porque el virus se propaga más rápidamente en bajas temperaturas y mayor humedad.
Esta relación de síntomas corresponden a procesos de envejecimiento biológico. Sin embargo, a estos pueden sumarse procesos de envejecimiento patológico que tienen que ver con el estrés oxidativo o con una mayor liberación de radicales libres.
¿Qué se puede hacer para prevenir los daños causados por el frío?
Las personas mayores deben contar con calefacción apropiada en casa y evitar salir durante las horas en las que las temperaturas son más bajas. No obstante, conviene ventilar bien las habitaciones de la casa por la mañana.
Es importante que estén correctamente abrigados y que ingieran alimentos apropiados para las bajas temperaturas, siempre comida caliente y especialmente caldos, sopas o infusiones que preparan el cuerpo y reconfortan.
Lo esencial es que sean controladas por especialistas a nivel médico para hacer seguimiento de su salud, y por parte de familiares o personas cercanas, un seguimiento de sus hábitos y rutinas en estos momentos del año.
https://biosalud.org/blog/claves-para-retrasar-el-envejecimiento/