La medicina biológica constituye un recurso eficaz tanto para la prevención como para el tratamiento de esta patología tan común, especialmente, cuando bajan las temperaturas
Ya ha llegado el otoño y poco a poco vamos diciendo adiós al calor para dar la bienvenida al frío. También a la gripe, una patología muy común, especialmente, cuando bajan las temperaturas, pero que no hay que confundir con un simple resfriado. Y es que la gripe es un virus, del que no siempre puedes protegerte y ante el que la medicina convencional tiene pocas armas, ya que poco pueden hacer contra ella los antibióticos (efectivos contra las bacterias, pero no contra los virus).
Y, sin embargo, otra de las características de la gripe es que es bastante contagiosa. Se puede transmitir de persona a persona a través del aire (por la tos y los estornudos), las manos o por medio de objetos que hayan sido contaminados con el virus, como un vaso o una toalla. De ahí la importancia de seguir la premisa de “más vale prevenir que curar” y de que adoptes unas sencillas medidas y cuidados que te ayudarán a evitar contagios.
Entre lo que puedes hacer:
- Introduce abundantes alimentos ricos en vitamina C, como naranjas, mandarinas o kiwis.
- Tápate la nariz y la boca al estornudar para no contagiar a otros y lávate las manos después de sonarte.
- Ventila bien las habitaciones.
- Puedes apoyarte en complementos nutricionales, como el C-Plus (compuesto de vitamina C) y productos homeopáticos como el Gripesp, indicado para el tratamiento preventivo o curativo de la gripe.
Principales síntomas de la gripe
Con todo, y pese a las medidas preventivas, es posible que termines cayendo bajo los efectos gripales. Pero, ¿cómo puedes saber si tienes gripe? Si te sube la fiebre (por encima de los 38,5 grados), tienes tos, estornudos, dolores musculares, articulares, de cabeza o de garganta, pérdida de apetito, irritabilidad y, en algunos casos, hasta molestias abdominales y diarreas, casi seguro tienes gripe.
Es el momento de tratarla. Sin embargo, como ya se ha dicho, la medicina tradicional no es muy efectiva en estos casos. Por eso es el momento de acudir a otro enfoque médico para combatirla. Es el caso de la medicina biológica, aquella que se ocupa de buscar las causas de las enfermedades y no los síntomas. Por eso es una de nuestros pilares en Biosalud, porque nos gusta buscar el origen de la enfermedad y así poder plantear un tratamiento personalizado para cada caso.
De acuerdo con la medicina biológica, de lo que se trata es de que el organismo reaccione y que el sistema inmunitario haga su trabajo y te defienda. Precisamente, ese mecanismo de defensa es el causante de la fiebre en el caso de la gripe, lo cual, es muy importante, puesto que casi todos nos dedicamos a bajar la fiebre en cuanto aparece, y esto es un error. Y es que la fiebre no es otra cosa que el reflejo de esa reacción de defensa de tu organismo, por la que, por un lado, facilita la llegada de gran cantidad de células defensivas y, por otro, caldea el ambiente para que esas células defensivas trabajen con más eficacia (está demostrado científicamente que a 39,4 grados, las células defensivas trabajan con una efectividad 10 veces mayor que a temperatura corporal normal).
El error de mejorar la sintomatología, pero no curar el organismo
Si cuando tu organismo genera esa temperatura más alta para facilitar el trabajo a tu sistema inmunitario, te tomas un medicamento para bajar la fiebre (tipo aspirina, paracetamol,…), lo que estás haciendo es reducir la efectividad curativa de tu sistema inmunitario. Es verdad que los síntomas mejoran (aparentemente), pero, biológicamente, estás cronificando el proceso y no dejarás tu organismo curado. Y es posible, que, más adelante, aparezcan nuevos problemas como consecuencia de ese tratamiento supresivo.
Neste caso, la medicina biológica lo que hace es controlar la temperatura para que no sobrepase los 39,4 grados y, sobre todo, estimular las fuerzas curativas de tu organismo, para que resuelvan el problema y te cures realmente.
Así, en Biosalud, apostamos por tratamientos en medicina natural completamente personalizados. Para el tratamiento de la gripe, apostamos por técnicas ancestrales como la medicina espagírica, que pone a nuestra disposición un producto de gran efectividad, como el Azinat, muy recomendable salvo en el caso de personas que tengan facilidad para tener fiebre alta. En esos casos, se recomienda Epidemik, que tiene las mismas indicaciones, pero que no hace subir tanto la fiebre. La vitamina C (de dos a seis gramos diarios), también es muy efectiva en estos casos, igual que el producto de homeopatía Gripesp. Es más, en el caso de que aparezca la tos, es muy efectivo abrir una cebolla y dejarla en la mesilla de noche (aunque también hay jarabes homeopáticos expectorantes que son muy efectivos en este tipo de casos).
Si sigues todas estas indicaciones, podrás vencer la gripe sin problemas y, además, lograr que tu organismo incluso esté mejor que antes de la enfermedad. En cualquier caso, no olvides que la prevención es un factor clave para evitar su contagio. Y eso es algo que puedes lograr siguiendo unas simples y básicas medidas, como lavarte las manos a menudo, cubrirte cuando estornudes o tosas y quedándote en casa si has enfermado.