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Especialistas en picadura garrapata Tolledo

Centro europeo de referencia en el diagnóstico y tratamiento de la Enfermedad de Lyme

¿Qué es la Enfermedad de Lyme?

La Enfermedad de Lyme es la patología infecciosa y multiorgánica más frecuente transmitida por la picadura de garrapata al infectar el organismo con la bacteria Borrelia burgdorferi. Los mosquitos, pulgas u otros insectos infectados por la bacteria también son transmisores.

El diagnóstico de la Enfermedad de Lyme es difícil y complejo por presentar síntomas que suelen imitar a otras enfermedades crónicas y requiere pruebas muy especializadas que detecten la presencia de la bacteria en el organismo y se pueda aplicar un tratamiento natural para la enfermedad de Lyme adecuado.

Centro europeo de referencia en el diagnóstico y tratamiento de la Enfermedad de Lyme

Síntomas de la Enfermedad de Lyme

Uno de los síntomas de Lyme más conocidos es el eritema migrans, pero realmente son pocos los casos en los que aparece, o en los que se detecta, esta mancha roja en forma de diana o sarpullido. A partir del momento de la picadura, y hasta semanas e incluso años después, se evidencian una serie de síntomas que varían en función de la fase de la enfermedad en la que nos encontramos.

Esta es la enfermedad transmitida por garrapata más frecuente y su incidencia va en aumento. De hecho, la Comisión Europea ya ha alertado a los Estados Miembros sobre el aumento exponencial de esta enfermedad y la necesidad de una mayor especialización médica ya que las pruebas diagnósticas habituales son negativas en el 80% de los casos y, al no conocerse en profundidad la clínica de la enfermedad, los pacientes no reciben el tratamiento necesario.

La Enfermedad de Lyme puede manifestarse desde los primeros días, hasta semanas después de haber sido infectado. Si se detecta la enfermedad en esta fase, lo habitual es que un tratamiento antibiótico elimine la bacteria del organismo.
Los síntomas del Lyme precoz son sensación de fiebre, escalofríos, malestar general y dolor de cabeza, dolor articular y rigidez muscular.

Los síntomas parecidos a los de la gripe que aparecen en las primeras semanas en un Lyme precoz pueden no manifestarse, lo que no impide que la borrelia avance en nuestro organismo. En este caso, las consecuencias son más graves.
Podemos sospechar que tenemos Lyme si se da una debilidad o parálisis de los músculos faciales, alteración del ritmo cardíaco, entumecimiento y dolor, dificultad para respirar o dolor torácico.

Uno de los motivos por los que el Lyme crónico es difícil de detectar es porque se asocia a unos síntomas inespecíficos que aparecen incluso años después de contraída la enfermedad. Esta demora en el tiempo de aparición de la sintomatología hace que no se relacionen a la picadura de garrapata. Sin embargo, cuando se manifiestan, la enfermedad ya ha afectado a diferentes órganos y sus consecuencias pueden ser irreparables:

– Síntomas del aparato locomotor: inflamación crónica y/o dolor en una o varias articulaciones, dolores musculares o cansancio extremo que impide a los pacientes andar.

Síntomas neurológicos: se manifiestan alteraciones de la sensibilidad, dificultad en la coordinación de movimientos, sensaciones extrañas e incluso problemas psiquiátricos.

Otros síntomas: síntomas cardíacos, pérdida de la memoria a corto plazo, falta de capacidad de concentración, inflamación del cerebro y de la médula, neuralgia o dolor punzante en las manos y los pies.

Fases del tratamiento de la enfermedad de Lyme

En Biosalud Day Hospital desarrollamos protocolos personalizados para el tratamiento de la enfermedad de Lyme de cada paciente ya que el alcance de la infección y de las posibles infecciones asociadas –coinfecciones- varía mucho en cada caso. Nuestra prueba específica para el Lyme, Lymecheck y las pruebas complementarias, así como la observación y la anamnesis del paciente, nos permiten realizar un diagnóstico certero e ir más allá; nos permite conocer con exactitud el nivel de infección, el estado real de la inmunidad humoral y celular y el grado de bloqueo inmune celular, para así decidir las necesidades terapéuticas de cada caso.

El tratamiento de la enfermedad de Lyme consta de 4 fases:

La fase de preparación terapéutica pretende preparar al organismo de forma previa al tratamiento específico y personalizado del Lyme. Puesto que se trata de una enfermedad crónica casi siempre inmunosupresora, debemos mejorar todo lo posible el medio interno del paciente (terreno) siguiendo las indicaciones que nos marcan las pruebas realizadas.

Esta fase se realiza mediante un tratamiento en casa y sesiones de terapia en nuestras instalaciones en Madrid o Zaragoza una o dos veces por semana, durante un periodo de 2 a 3 meses.

En esta fase se trata de:

  • Reponer las deficiencias de nutrientes que los análisis han evidenciado (vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas, ácidos grasos esenciales
  • Reconstruir la flora intestinal y eliminar las infecciones intestinales (por bacterias, hongos y/o parásitos), fundamental para que el sistema inmune del paciente sea lo más eficaz posible cuando ataquemos a las infecciones del Lyme.
  • Eliminar todas las sustancias tóxicas (metales pesados, micotoxinas, tóxicos químicos, …) para que el ambiente interno (terreno) del paciente sea más favorable a la actividad defensiva del sistema inmune y lo más incómoda posible a los gérmenes causantes de la enfermedad.
  • Reequilibrio del pH, eliminando la acidificación habitual en toda patología crónica.
  • Inmunoregulación en el caso de enfermedades autoinmunes producidas por el Lyme y aumento de la producción de los tipos de linfocitos deficientes en número.
  • Inicio del tratamiento personalizado de eliminación de la inflamación que todo paciente de Lyme sufre, mediante la eliminación molecular de la producción de citoquinas inflamatorias y aumento de las antiinflamatorias, entre otras.
  • Desbloqueo y eliminación de focos dentales, cicatrices interferentes, reparación de bloqueos del sistema nervioso vegetativo, etc…
  • Tratamiento local del dolor si es necesario, con técnicas muy vanguardistas y de gran efectividad.
  • Desactivación de las infecciones víricas previas que se hayan reactivado
  • Todo aquello que mejore la situación del paciente para poder inicial el tratamiento de choque del Lyme crónico con las mayores posibilidades de éxito.

Las técnicas utilizadas en esta fase son: sueros con altas dosis de vitamina C, sueros drenantes de toxinas, sueros específicos de quelación según los metales pesados a eliminar, sueros alcalinizantes y de reposición multimineral y vitamínicos, ozono en sus diferentes aplicaciones (gran autohemoterapia simple o multipase o insuflación intestinal), hipertermia molecular, terapia de inyección neurovegetativa, microinmunoterapia, terapia neural, terapia de inyección perineural, hipertermia corporal, etc…

Desde finales del 2021 hemos incorporado una nueva terapia que solamente realizamos nosotros en toda España y disponible en este momento sólo en 10 clínicas en todo el mundo: la aféresis terapéutica INUSpheresis®. Con esta técnica, la parte fundamental de los tratamientos que se requieren durante los mencionados 2-3 meses.

Los realizamos en 3 días y de forma mucho más efectiva, eliminando de golpe del organismo del paciente entre otros:

  • Citoquinas inflamatorias
  • Fracciones de virus, bacterias y hongos
  • Micotoxinas
  • Productos químicos de todo tipo
  • Metales pesados
  • Exceso de colesterol
  • Inmunocomplejos de las enfermedades autoinmunes

En todos los casos de Lyme crónico recomendamos el inicio de tratamiento con 2, 3 ó 4 semanas de tratamiento de choque, con sueros intravenosos con antibióticos, drenantes y activadores específicos del sistema inmune. En Biosalud hemos desarrollado un sistema innovador en la aplicación del antibiótico que elimina sus efectos secundarios. Además, podemos aplicar algunos protocolos específicos con técnicas como la Ozonoterapia (gran autohemoterapia, multipase e insuflaciones intestinales), magnetoterapia focal, hidroterapia de colon, oxigenoterapia, sueros intravenosos específicos y personalizados con altas dosis de vitaminas, minerales, ácidos grasos, enzimas y/o aminoácidos, hipertermia molecular, hipertermia corporal, diatermia, fitoterapia y terapia de inyección neurovegetativa, entre otras.

En la segunda semana de este tratamiento de choque, se inicia el tratamiento con antibióticos vía oral, según nos indique el análisis Lymecheck y las coinfecciones existentes en cada caso. Siempre usamos antibióticos en una forma farmacéutica sin efectos secundarios y con una efectividad muy superior a la de las formas farmacéuticas habituales.

Normalmente nuestros pacientes terminan esta fase en mejores condiciones en las que comenzaron, con mejoras sintomáticas muchas veces importantes que comienzan a vislumbrar que hay buenas posibilidades de vencer la multi-infección y volver a una vida normal con una buena calidad de vida en el tiempo necesario.

Tras estas 3 semanas de tratamiento, se implanta un tratamiento completo en casa con antibióticos, estimulantes inmunitarios, drenantes de neurotoxinas, antiinfecciosos naturales, etc… Los objetivos en esta fase son: mejorar la compatibilización y efectividad de los antibióticos, reforzar el sistema inmune, tratar el dolor existente, cambiar el ambiente celular desacidificando y eliminando el exceso de radicales libres para reducir la reproducción de la Borrelia, reducción de la producción de la inflamación mantenida por las citoquinas y la regulación del sistema Th1/Th2 y TH17, apoyo al buen funcionamiento de los diferentes órganos (especialmente hígado y riñones), desintoxicación y mejora del sistema inmune.

Esta fase se acompaña también de un tratamiento en nuestras instalaciones acorde a cada caso, con frecuencia semanal, quincenal o más habitualmente mensual según cada caso y los resultados analíticos de control que se realizan cada 2 meses para comprobar la evolución y efectividad del mismo.

A los 2 meses del inicio del tratamiento de choque del Lyme, realizamos unas pruebas analíticas para comprobar la respuesta del paciente al tratamiento (Lymecheck® y Nagalasa test®) y, tras una revisión de evaluación clínica, plantear los pasos a seguir y cómo continuar con el mismo.

En el caso en que el paciente tenga una carga genética (HLA) que impida una buena respuesta al tratamiento con antibióticos, o si por decisión personal, quiere sólo un tratamiento basado en la Medicina Biológica, disponemos de los protocolos necesarios para poder aplicar un tratamiento con altas posibilidades de éxito.

Tratamiento Antibiótico

No obstante, en el Lyme crónico, recomendamos el enfoque de la Medicina Integrativa, en que se trata de combinar el tratamiento alopático (convencional, con antibióticos), con el de la Medicina Biológica pues de este modo, se reducen a la mínima expresión los posibles efectos secundarios de aquél y se potencian sus efectos beneficiosos.

De todos modos, todo debe ser sopesado y decidido de forma personalizada en cada caso y en base a la clínica, los análisis sucesivos y las decisiones del paciente. En Biosalud Day Hospital, siempre usamos antibióticos en una forma farmacéutica sin efectos secundarios.

Diagnóstico de la Enfermedad de Lyme

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Lyme?

En Biosalud hemos desarrollado pruebas específicas para el diagnóstico y detección de la enfermedad de Lyme evitando las altas cifras de falsos negativos que arrojan los análisis convencionales. Además, nos servimos del enfoque de la medicina biológica para conocer específicamente la situación del paciente a nivel multiorgánico.

Prueba específica para el diagnóstico de la enfermedad de Lyme

Nuestra prueba específica para diagnosticar y detectar la Enfermedad de Lyme es el LymeCHECK de Biosalud Análisis.

LymeCHECK® son pruebas muy específicas que complementamos con otras debido a que la enfermedad de Lyme conlleva otras coinfecciones. Tendremos en cuenta la historia clínica del paciente y realizaremos todas las pruebas en la misma analítica.

Pruebas complementarias para el diagnóstico de Lyme

– Cuantificación en sangre de minerales, vitaminas, aminoácidos, hormonas, enzimas, ácidos grasos esenciales…

– Comprobación de la funcionalidad de la glándula tiroides y adrenales.

– Termometría de regulación infrarroja, para conocer la fisiopatología del paciente.

– Análisis Biomolecular que nos indica el estado del sistema inmune y las alteraciones moleculares que nos ayudarán a protocolizar el tratamiento más idóneo en cada caso.

– Canditest® y Koprocheck® para el estudio de las infecciones intestinales por bacterias, hongos o parásitos, así como las deficiencias de la flora intestinal, grado de inflamación, permeabilidad, etc…

– Análisis de las posibles infecciones víricas acompañantes al Lyme, por medio del Immunocheck® así como la cuantificación de todos los tipos de células defensivas (linfocitos) para conocer a fondo la situación inmunitaria del paciente.

Análisis de Nagalasa, cuantificando la Nagalasa para conocer el nivel de bloqueo del sistema inmune y actividad de la Borrelia.

– Cargas tóxicas del paciente: ToxicChemicalCHECK® (tóxicos químicos), MycotoxinCHECK® (micotoxinas), Glifosato (herbicida) y HeavymetalsCHECK® (metales pesados en cabello y/u orina).

– Otras pruebas específicas que requiera el caso concreto.

La detección precoz de la enfermedad de Lyme

La Enfermedad de Lyme es muy difícil de diagnosticar por la gran variedad de su sintomatología y la inmunosupresión que se establece. En muchas ocasiones arroja falsos negativos en los análisis serológicos normales.

El diagnóstico y la detección precoz de la enfermedad es muy importante porque el Lyme se cronifica sin el tratamiento adecuado y se va produciendo un deterioro progresivo del organismo que impide a los pacientes llevar una vida normal.

Por otra parte, ésta es una patología a veces muy agresiva que requiere un tratamiento para la enfermedad de Lyme personalizado con las técnicas más adecuadas en cada caso, para así contar con las mejores opciones para recuperar la salud.

Los expertos se refieren a esta enfermedad como “la gran imitadora”, pues puede simular otras muchas, como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, la fibromialgía, el autismo, la esclerosis lateral amiotrófica, el síndrome de fatiga crónica, el lupus, la tiroiditis de Hashimoto, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn entre otras.

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