Análisis y tratamiento de las intolerancias infantiles
A la hora de hablar de intolerancias alimenticias en niños, hay que recordar la diferencia entre alergias e intolerancias. En las alergias, existe una reacción inmunitaria después de ingerir un determinado alimento. En las intolerancias, no hay una respuesta inmune, los síntomas pueden ser parecidos a los de una alergia a los alimentos, incluidos gases, vómitos, diarrea, ardor de estómago y dolores de cabeza. Un niño con una intolerancia a los alimentos a veces puede digerir pequeñas cantidades de comida sin una reacción. La intolerancia a los alimentos no involucra al sistema inmunológico y por lo general no se presenta inmediatamente. Una intolerancia implica la incapacidad del cuerpo para procesar y digerir los alimentos correctamente, lo que resulta en problemas gastrointestinales, como distensión abdominal y calambres.
Un caso en el que se suele confundir intolerancia y alergia es en el de la leche. Cuando alguien es intolerante a la lactosa, su cuerpo es incapaz de procesar la lactosa, un azúcar de la leche, que puede causar hinchazón, gases y diarrea. Cuando un niño tiene una alergia a la leche, su sistema inmune reacciona a una o más proteínas de la leche, que pueden causar una reacción potencialmente mortal, como dificultad para respirar, opresión en la garganta y la inflamación.
En relación con las intolerancias alimenticias a la leche, es muy frecuente encontrar niños asmáticos, a los que simplemente con suprimir la leche de su alimentación se les corrige el asma y no vuelven a tener ataques.
El gran problema de las intolerancias alimenticias es que suelen pasar desapercibidas, y por eso son tan dañinas, ya que las principales reacciones se dan en el tubo digestivo y no se relacionan con la ingesta de tal o cual alimento. Se detectan cuando los signos son tan evidentes que ya han creado serias consecuencias en el organismo mucho más allá de la propia intolerancia.
Por ello es muy aconsejable hacer un Test de intolerancias alimenticias o FoodINT® cada 2 años, pues al ser intolerancias no genéticas, varían con frecuencia y es importante detectarlas a tiempo.
Los alimentos más intolerantes para los niños suelen ser:
- los huevos
- la leche de vaca. En este caso, hay que buscar otras vías de administración de calcio, como verduras o frutos secos
- el trigo
Análisis de intolerancias alimenticias FoodINT® y Análisis genético de alimentos FoodGen®
En este test, analizamos 300 alimentos. El FoodINT ® nos sirve para detectar los alimentos que no nos sientan bien y nos generan malestar. Identificando estos alimentos y reduciendo su consumo, se eliminarán los problemas de digestión, la sensación de hinchazón, problemas respiratorios, alergias¦ mejorando nuestra calidad de vida.
En el caso de las intolerancias alimenticias infantiles, también es muy positivo realizar el análisis FoodGen® FoodGen para conocer cómo el niño tiene que comer según su genética. Los resultados se ven enseguida y normalmente con eso es suficiente. El FoodGen® es un completo estudio genético que analiza los 20 genes relacionados con las necesidades de vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, incluyendo la intolerancia genética al gluten y a la lactosa.
Tratamiento de las intolerancias infantiles
En Biosalud utilizamos varios métodos dentro del mismo protocolo, pero individualizándolo para cada caso, de manera que se consiga la máxima efectividad para la eliminación de la intolerancia alimentaria, salvo que sea genética.
En concreto, los métodos que usamos son:
- Dieta de exclusión de alimentos intolerantes. Es decir, evitar el alimento que produce la alergia. Pero con la finalidad es incorporar estos alimentos a la dieta a la mayor brevedad
- Para ello hacemos un tratamiento que es como una especie de vacuna, el Inmunoplus®, consistente en un sistema de desensibilización específica secuenciada a los alérgenos bajo las bases de la homeopatía.
- Biorresonancia: Se trata de un sistema electrónico de regulación funcional del sistema inmunitario frente a los alérgenos positivos.
- Homeopatía: para el tratamiento sintomático específico según los síntomas del niño.