En un momento en el que tanto se habla de reforzar el sistema inmunitario para cuidar nuestra salud, queremos recordar los preceptos de la medicina biológica para dar “más vida a tus años y más años a tu vida”.
Los meses de enero y septiembre son meses de reflexión e inicio de proyectos personales que mejoren nuestra vida. Hacer deporte, dedicar más tiempo a la familia o comenzar a estudiar son algunos de los buenos propósitos que nos planteamos. La salud es una de nuestras principales preocupaciones y el cambio de hábitos donde ponemos mayor esfuerzo.
Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones nos cuesta cambiar nuestras rutinas y el esfuerzo por llevar una vida más saludable se hace cuesta arriba. Pero hay una solución y está en la medicina biológica, solo tenemos que aprender a mirar la salud desde una perspectiva global, entender que nuestro cuerpo tiene una fuerza curativa propia y cuidar todos los aspectos de nuestra vida por igual: nuestro organismo, nuestras emociones y el entorno en el que vivimos.
Conocer nuestro estado de salud, un buen punto de partida
¿Qué es una buena salud? Cuando nos hacemos un chequeo ¿qué estamos buscando? En una persona sana, un chequeo médico es un recurso preventivo. Una pruebas adecuadas nos pueden indicar si todos elementos que hacen que nuestra “máquina perfecta” funcione bien, están equilibrados y activos.
Como explicábamos en este artículo , la Organización Mundial de la Salud recomienda la realización de un chequeo anual a partir de los 60 años. Un chequeo consiste en un conjunto de pruebas que, en la medicina convencional comprenden un análisis de sangre y de orina, la revisión de la tensión arterial y del funcionamiento del corazón y el análisis del sistema respiratorio con radiografías de tórax y pruebas de espirometría.
En un análisis de sangre se puede determinar el correcto funcionamiento de las células que la componen: las que transportan oxígeno y las que protegen nuestra salud. Por otra parte, en un análisis podemos medir parámetros como el colesterol y los triglicéridos o la glucosa, entre otros.
La medicina biológica plantea conocer nuestro estado de salud desde cuatro perspectivas: funcional, estructura, bioquímica y biofísica y sumamos a las pruebas convencionales, el análisis de los agentes que pueden estar aportando una mayor toxicidad a nuestra salud. En un momento en el que las alergias y las enfermedades autoinmunes están aumentando su prevalencia, estos factores son determinantes.
Cinco pautas para vivir con salud
Según los fundamentos de la medicina biológica, la promoción de la salud se basa en:
- La implicación individual de las personas. Tanto si queremos estar sanos como si estamos en un tratamiento médico, las personas debemos ser sujetos activos en este proceso vital. Tener consciencia de nuestro cuerpo y tomar decisiones y hábitos de cuidado será nuestra mejor arma de defensa.
- El uso de todos los medios, convencionales y alternativos, para mantener o reparar nuestro sistema inmunitario. Cuando hablamos de métodos alternativos hacemos hincapié en la alimentación – al igual que se hace desde medios de divulgación de universidades como Harvard – y la nutrición. En cualquier caso, la combinación de métodos y terapias siempre tiene que realizarse bajo supervisión médica. Nuestra filosofía rechaza las terapias alternativas sin base científica y sin eficacia demostrada.
- El cuidado de todos los aspectos de la salud: el organismo, los aspectos emocionales y espirituales y la socialización y vida en comunidad.
- El uso, siempre que sea posible, de medidas no invasivas.
- El apoyo de médicos que nos escuchen y trabajen con una mentalidad abierta que les impulse a buscar respuestas a las inquietudes de cada paciente y a contar con las especialidades que se requieran en cada caso.