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La contaminación electromagnética y el equilibrio para nuestra salud

Móvil en una mano

Desde hace ya varios años nuestra salud se enfrenta a un nuevo problema: la contaminación electromagnética. ¿Qué podemos hacer para reducir sus efectos? La pausa digital es una buena idea. Te contamos más.

Conforme nuestra forma de vida a nivel tecnológico va evolucionando, nuestra salud integral va perdiendo calidad, ya que estamos excesivamente expuestos a las emisiones electromagnéticas que generan diferentes elementos, como las antenas telefónicas, los transformadores o las líneas de alta tensión. Las ondas electromagnéticas forman parte de los que llamamos contaminación ambiental y lo más resaltable de esta situación es que los principales causantes de estas radiaciones somos nosotros mismos, los seres humanos.

Tipos de radiaciones electromagnéticas y sus consecuencias para nuestro bienestar

Las radiaciones electromagnéticas pueden ser ionizantes o no ionizantes. Dependiendo del tipo que sean, pueden tener unas consecuencias u otras.

Radiaciones ionizantes o radioactivas

Pueden estar presentes en forma de partículas (radiación alfa y beta o neutrones), o en forma de alta energía (rayos X y rayos gamma).

Estas radiaciones provienen de materiales de construcción, ensayos nucleares, pruebas médicas o gas radón y son capaces de deteriorar las moléculas y generar efectos como quemaduras en la piel, la pérdida de pelo o diversas enfermedades.

Radiaciones no ionizantes

Se encuentra en un radio de frecuencias más bajas que las radiaciones ionizantes y pueden ser provocadas por elementos como los rayos infrarrojos, la luz visible o las radiofrecuencias. Los efectos pueden ser térmicos o no térmicos.

– Los efectos térmicos, según la ciencia, se producen cuando la temperatura corporal aumenta como mínimo un grado. De esta manera aumenta también la presión sanguínea y podría producir náuseas, cefalea o cataratas.

– Los efectos no térmicos se relacionan con la  esterilidad masculina, el alzhéimer, interrupción en el sueño, arritmias cardíacas o enfermedades autoinmunes.

Pueden estar originados por altas frecuencias (antenas de telefonía móvil, microondas, hornos, ordenadores, teléfonos móvil o routers WiFi), o bajas frecuencias (transformadores eléctricos y subestaciones o líneas eléctricas de alta, media y baja tensión). Este tipo de radiación es la que estamos expuestos de manera constante.

¿Es la contaminación electromagnética un peligro inminente?

Es un hecho que el auge y el desarrollo tecnológico de los últimos tiempos ha cambiado completamente el medioambiente electromagnético natural que nos rodea. En los núcleos urbanos es donde más se intensifica esta situación pero, a decir verdad, es muy complicado encontrar un lugar en el mundo que esté 100 % libre de radiaciones artificiales.

Cada vez que nos conectamos a internet, enviamos un mensaje, comprobamos nuestras redes sociales, hacemos una llamada o simplemente disfrutamos de una canción en la radio, una ola de campos electromagnéticos circulan a nuestro alrededor y, efectivamente, la forma en que nuestro cuerpo absorbe estas radiaciones es un auténtico peligro.

Hasta la fecha se han publicado numerosos estudios que relacionan la exposición a largo plazo a ondas electromagnéticas aunque no existen estudio epidemiológicos que permitan deteterminar unos límites de exposición crónica. No obstante, la Organización Mundial de la Salud reconoce que existen lagunas de conocimiento que hay que investigar para  mejorar las evaluaciones sobre los riesgos para la salud.

¿Podemos evitar exponernos a esta contaminación?

Garantizar nuestro bienestar en este aspecto depende, en buena parte, de nuestro estilo de vida y de la incorporación a nuestro día a día de las pautas que nos ofrece la medicina integrativa ofrece, ya que tiene como objetivo la promoción de la salud. Por otra parte la medicina ambiental es responsable de trabajar sobre todos los  tóxicos ambientales que se encuentran también en el entorno como los químicos o los metales pesados.

Con su experiencia de más de 30 años, nuestro director médico, el Dr. Mariano Bueno, observa una mayor incidencia de las enfermedades reumáticas y autoinmunes y señala que el estilo de vida y el ambiente influyen decisivamente en este incremento de enfermedades crónicas.

La mejor forma de prevenir los posibles efectos adversos de esta contaminación es la limitación de la exposición, por ejemplo con una reducción en el uso de la tecnología móvil. Todos los análisis realizados hasta el momento, así como las estadísticas, determinan que la cooperación de diferentes campos electromagnéticos al mismo tiempo pueden perjudicar gravemente a nuestra salud y sobre todo a la de los niños y los más jóvenes.

La responsabilidad, en este caso, es de la sociedad. Con pequeños gestos como  por ejemplo apagar el router WiFi cuando no se esté utilizando, poner el manos libres del móvil siempre que sea posible o simplemente alejarse de las antenas de telefonía, pueden ayudarnos a evitar la concurrencia de diferentes campos electromagnéticos. 

Como ves, son gestos insignificantes que no suponen ningún sobreesfuerzo en nuestro día a día, pero sí beneficia a diversos factores ambientales de vital importancia y sobre todo a nuestra salud.

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