El cáncer está relacionado con los hábitos de vida y la alimentación saludable. Incluso los alimentos eco podrían influir en la reducción del número de casos, especialmente de cáncer de mama.
En 2019 el cáncer aumentará en España. El informe “Las cifras del cáncer en España 2019” estima que se diagnosticarán 277.234 nuevos casos este año. La buena noticia es que también crece la supervivencia, que se sitúa en el 53 por ciento de los casos a los cinco años.
El cáncer aumenta entre las mujeres el doble que entre los hombres, sobre todo por el crecimiento número de casos de cáncer de pulmón debido al tabaquismo. No obstante, los tipos tumorales más frecuentes con el de colon y recto, de próstata, de mama y de pulmón.
Si el cáncer se hereda o no es algo que la Sociedad Española de Oncología Médica ha querido aclarar este año. “El cáncer hereditario sólo afecta al 5-10 por ciento de los casos, heredar una alteración genética no significa que se herede el cáncer sino que hay mayor probabilidad de desarrollarlo”, aclaran.
Pero, a qué se debe este aumento de casos? el envejecimiento de la población o la detección precoz aumentan los diagnósticos, pero los especialistas señalan sobre todo a la exposición a factores de riesgo como tabaco, el alcohol o la obesidad. El director de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, Cristopher Wild, afirma que “uno de los cambios más drásticos si se piensa en la introducción de nuevos factores de riesgo en lo que la exposición cambia realmente, tiene que ver con el índice de masa corporal, la obeseidad y la reducción de la actividad física”.
Alimentos ecológicos, ¿aliados en la prevención del cáncer?
Los alimentos ecológicos son aquellos producidos sin químicos y procesados sin aditivos. Su consumo habitual podría reducir en un 25 por ciento el riesgo de padecer cáncer. Esta es la conclusión del estudio de cohorte prospectivo NutriNet-Santé desarrollado por un equipo de investigadores de diferentes departamentos médicos y epidemiológicos de la sanidad francesa. Como dicen sus autores, de confirmarse esta asociación entre alimentación y cáncer, deberían realizarse nuevas investigaciones para determinar los factores que se encuentran detrás de esta asociación.
En una muestra de 69.000 pacientes entre los años 2009 a 2016 se detectaron un total de 1.340 casos de cáncer, sobre todo de mama y de próstata. Este resultado se puso en relación con los hábitos alimenticios de los pacientes y su consumo de productos ecológicos y se observó cómo las personas que incorporan la mayor parte del tiempo estos alimentos a su dieta, reducían en un 25 por ciento el riesgo de padecer cáncer en relación con quienes sólo los consumían ocasionalmente. Más en detalle los investigadores vieron que este consumo reducía en un 34 por ciento el riesgo de padecer cáncer de mama en mujeres menopáusicas y en un 76 por ciento el número de linfomas.
Además de la alimentación el estudio contemplaba otros factores del estilo de vida o los antecedentes familiares y ninguno de ellos modificaba los resultados del estudio.
La presencia de pesticidas en la agricultura no ecológica y el mayor nivel de micronutrientes en la ecológica podrían explicar estos resultados pero los investigadores advierten que deberían confirmarse los datos con posteriores estudio sobre otra población y en diferentes contextos.
Las recomendaciones de la Asociación Española contra el Cáncer
Si nos centramos en la alimentación como factor de prevención del cáncer, la Asociación Española contra el Cáncer señala unos factores clave: evitar la obesidad, mantener una dieta sana y equilibrada, rica en fibra, y reducir el consumo de grasa.
El exceso de peso está asociado a tumores como el cáncer de mama tras la menopausia, el colonrectal, el de útero y de riñón. La AECC recomienda tener en cuenta el número de calorías ingeridas y la actividad física. Para equilibrar estas cifras proponen reducir el consumo de grasa (más calórica) y aumentar el de frutas y verduras y legumbres. Si bien se puede comer de todo en proporciones adecuadas, la recomendación general es comer pequeñas cantidades y hacer ejercicio al menos durante media hora cada día.
El consumo de alimentos ricos en fibra es más que recomendable por las funciones que tiene en el aparato digestivo: al retener el agua, aumenta el volumen de las heces facilitando el tránsito de las mismas e impidiendo que cualquier sustancia cancerígena contenida en las heces permanezca mucho tiempo en contacto con las paredes del intestino. Además proporcionan sensación de plenitud y capta los radicales libres (sustancias responsables del envejecimiento y de algunas enfermedades crónicas).
Otra de las recomendaciones generales es reducir al máximo el consumo de azúcar y eliminar totalmente de la dieta el consumo de alcohol.
En Biosalud Day Hospital siempre hemos defendido el cuidado de la alimentación como parte de los tratamientos . De hecho, nuestros pacientes siempre deben comprometerse con su curación llevando una dieta personalizada que suele ser muy estricta. La Organización Mundial de la Salud también señala que la alimentación tiene una gran influencia, tanto positiva como negativa sobre la salud.
En el caso de las personas que han padecido un cáncer, es igualmente importante mantener los buenos hábitos alimentarios una vez que se ha superado la enfermedad y, sobre todo, eliminar el azúcar de nuestra dieta como ya describíamos en este artículo