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Enfermedades autoinmunes que afectan a los músculos

Cuerpo humano

Los músculos nos sostienen y ayudan a nuestros órganos a permanecer en su sitio y cumplir sus funciones pero ¿qué sucede cuando se debilitan? Numerosas enfermedades autoinmunes afectan a este sistema del cuerpo.

Atrofia, debilidad, dolor… son algunos síntomas musculares de las enfermedades autoinmunes. Aunque no todas las patologías de este tipo afectan de manera principal a nuestros músculos, en muchos casos perdemos la capacidad para movernos o nos encontramos con menos fuerza.

Sin embargo, sí que existen otras enfermedades autoinmunes que afectan de manera directa al sistema muscular y que pueden llegar a inmovilizar al paciente.

Sea como sea, nuestros músculos son la diana de numerosas patologías, genéticas o autoinmunes. El difícil diagnóstico de este tipo de enfermedades y la frecuencia con la que otras enfermedades nos dejan sensación de cansancio, son aspectos que impiden a los pacientes llevar una vida normal y llevar a cabo las actividades del día a día.

Enfermedades autoinmunes que afectan a la musculatura

Cuando nuestro sistema inmunitario falla y ataca a tejidos y células del propio organismo o cuando una enfermedad genética se “activa”, se inician procesos patológicos que pueden tener como objeto principal la musculatura.

Algunas de las enfermedades que afectan a nuestra musculatura son:

DISTROFIA MUSCULAR DE BECKER

Esta es una enfermedad rara, de origen genético, que debilita y reduce progresivamente los músculos del cuerpo, especialmente de las piernas y la pelvis.

Los primeros síntomas de debilidad suelen aparecer en niños entre 10 y 13 años y es a partir de los 15 o 16 cuando puede provocar problemas para andar. Poco a poco, esta enfermedad puede ir afectando a las caderas, los hombros o los músculos del corazón.

Aunque la incidencia es baja, esta enfermedad es especialmente difícil porque impide subir escaleras, hacer deporte o coger peso.

La causa de esta enfermedad es una alteración genética que afecta a una proteína: la distrofina. Esta sustancia, defectuosa en las personas con la enfermedad, impide a las células musculares recuperarse por lo que, cuando alguna célula se daña, muere yes sustituida por tejido graso y cicatrizal. E impide el movimiento.

Si afecta más a los hombres que a las mujeres es porque ellos solo cuentan con un cromosoma X y las niñas con dos. Por lo tanto, si una niña presenta un gen alterado, tiene capacidad para generar distrofina.

Esta enfermedad, que se parece a la distrofia de Duchenne, no tiene cura. Las terapias actuales se basan en la ortopedia y un tratamiento físico que permita estirar y movilizar los músculos.

MIASTENIA GRAVIS

La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune que afecta a los músculos estriados o voluntarios. Se caracteriza, sobe todo, por una intensa debilidad después de hacer ejercicio y, aunque mejora con el descanso, se trata de una patología que evoluciona progresivamente.

Uno de los primeros síntomas que aparecen es la debilidad en los párpados o la visión doble porque la miastenia afecta a la musculatura de los ojos. Después, esta debilidad puede extenderse a los músculos de la garganta y el cuello provocando dificultades para hablar o para deglutir.

Una de las manifestaciones más graves es la debilidad en los músculos respiratorios que impide al paciente respirar cuando tiene una crisis sintomátologica y puede requerir hospitalización.

DERMATOMIOSITIS

Esta es una enfermedad autoinmune que afecta al músculo estriado o voluntario y a la piel. Entre sus manifestaciones musculares, destacan la debilidad y el dolor.

Aunque son más llamativos los síntomas cutáneos (con enrojecimiento de la piel, placas o pápulas y erupción de color violáceo), la debilidad muscular siempre está presente en el momento del diagnóstico.

Los síntomas musculares suelen ser débiles pero con frecuencia hay dificultades para caminar o vestirse y, en menos ocasiones, afecta a la musculatura torácica o abdominal.

OTRAS MIOPATÍAS INFLAMATORIAS

Además de la dermatomiositis, la polimiositis y la miositis con cuerpos de inclusión son patologías que cursan con debilidad muscular e inflamación en este tejido.

Estas enfermedades, por otra parte, se consideran sistémicas porque además de afectar a los músculos, afectan a la piel, los pulmones y otros órganos.

La poliomiositis es una patología que, además de afectar a los músculos de los hombros y la cadera, cursa con dolor y problemas de voz por la debilidad de los músculos en la garganta.

En la miositis con cuerpos de inclusión, la debilidad se manifiesta en muñecas y dedos y la atrofia en los músculos de brazos y piernas. Aun así, la primera vez que una persona piensa que puede tener esta enfermedad es porque se cae con cierta frecuencia.

Todas estas miositis, además de la debilidad muscular, comparten síntomas como las dificultades para tragar, hablar o espirar, la fatiga, fiebre y falta de apetito con la consecuente pérdida de peso.

Enfermedades autoinmunes con síntomas musculares

En la actualidad hay catalogadas más de 80 enfermedades autoinmunes. Muchas son consideradas enfermedades raras pero, entre las más comunes y conocidas, hay tres que afectan especialmente a la musculatura.

La enfermedad de Graves-Basedow afecta a la glándula tiroidea con inflamación e hiperactividad. Y, entre los síntomas, además de la debilidad muscular se dan un exceso de la actividad metabólica, enrojecimiento e inflamación de la piel o ansiedad, entre otros.

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que afecta a la mielina de los nervios y presenta síntomas neurológicos, intestinales y musculares – entumecimiento, debilidad o falta de equilibrio- , entre otros.

El lupus afecta al colágeno de la piel, los huesos, los tendones y, en general a la proteína que mantiene unido nuestro tejido conectivo. Entre sus síntomas más comunes, está el enrojecimiento de la piel pero el dolor muscular también es frecuente.

Tratamiento de enfermedades autoinmunes que afectan a los músculos

En muchos casos, la enfermedad autoinmune tiene una causa genética a la que se unen factores ambientales desencadenantes. Aunque las posibilidades de la terapia génica están aumentando gracias a la investigación, lo cierto es que todavía es una forma experimental de tratamiento.

Pero sí podemos actuar sobre el resto de factores que originan la enfermedad y sobre la sintomatología, de manera que los pacientes recuperen su calidad de vida.

En el caso de las enfermedades musculares, se trata de recuperar la elasticidad y la movilidad, la fortaleza y utilizar las terapias físicas que nos permitan actuar incluso en los casos más graves, como la afección al sistema respiratorio.

En Biosalud Day Hospital estamos especializados en el tratamiento de las enfermedades crónicas y autoinmunes de una forma causal, analizando lo que puede provocar cada síntoma y diseñando el tratamiento más eficaz para cada paciente.

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