Nuestro sistema inmune es un escudo que nos mantiene a salvo de infecciones bacterianas, virus y otros bacilos. Esta barrera natural es un elemento esencial para nuestro organismo y la salud se ve profundamente afectada cuando este sufre un desajuste. En este artículo explicamos de forma pormenorizada el funcionamiento del sistema inmune y ahondamos en la importancia de la vitamina D en el refuerzo del mismo.
El funcionamiento del sistema inmunológico
El primer movimiento del sistema inmunológico es identificar los agentes exógenos que pretenden atacar al organismo. Las células del sistema inmune detectan los agentes patogénicos con celeridad y reaccionan, o bien con una respuesta inmunitaria innata, o bien una respuesta adaptativa. La innata es inmediata y desde el primer momento se combate la infección, causando una inflamación en el tejido circundante. La respuesta inmunitaria adaptativa es una reacción lenta pero dirigida a patologías específicas y mediante las células B y T.
La forma exacta de combatir las infecciones es mediante la producción de anticuerpos, que son moléculas proteicas que se enfrentan a los agentes patógenos hasta destruirlos.
Después de esta breve explicación, vamos a argumentar por qué la vitamina D puede ayudar a tener un sistema inmune más robusto y que ofrezca unas respuestas más contundentes ante posibles enfermedades.
Vitamina D Para reforzar el sistema inmunitario
La vitamina D es beneficiosa para el sistema inmune por varios motivos y, en primer lugar, hay que remarcar que es muy recomendable para el correcto mantenimiento de la mucosa intestinal. Esta víscera situada en el final del sistema digestivo está en contacto con el torrente sanguíneo y la mucosa intestinal es la barrera que impide que los patógenos se distribuyan por el cuerpo humano, afectando a otros órganos y tejidos. Cuando la mucosa está dañada, la posibilidad de contraer una enfermedad es muy superior. Por este motivo, la microbiota debe de estar bien cuidada y la vitamina D es una buena forma de mantener su fortaleza.
Por otro lado, la vitamina D también tiene una acción específica, estimulando a los macrófagos y a las células dendríticas. Estos son los elementos principales para las respuestas inmediatas que ofrece el sistema inmunitario en caso de agresión de un agente patógeno.
Por otro lado, la vitamina D incrementa la cifra de linfocitos Th2, que pertenecen al sistema inmunitario adaptativo y que aporta un efecto antiinflamatorio en este tipo de respuesta ante un ataque patogénico.
Hay que añadir que la vitamina D se relaciona con la prevención de las infecciones pulmonares y que se relaciona en innumerables investigaciones médicas con una disminución del riesgo de dolencias en las vías respiratorias.
Por todos estos motivos, en Biosalud Day Hospital consideramos que la vitamina D, muy presente en pescados grasos como el salmón, la trucha, el atún y la caballa, (también está presente en los quesos, la yema de huevo y los hongos) es una buena forma de reforzar el sistema inmune y, en consecuencia, una forma saludable y sencilla de prevenir patologías.