La esperanza de vida es mayor en las mujeres que en los hombres y eso, teniendo en cuenta que la investigación médica en pocas ocasiones ha tenido en cuenta los aspectos específicos del organismo femenino. Te contamos qué factores influyen en esta supervivencia.
La esperanza de vida de las mujeres en España es de 86 años y la de los hombres, de 80. Si miramos la cifra media mundial, se estima que una niña nacida hoy vivirá 74 años. La esperanza de vida es mayor en los países ricos porque la alimentación, el acceso a la sanidad y los medicamentos o la incidencia de las enfermedades infecciosas son factores determinantes de salud y de vida.
Sin embargo, ¿Por qué en las mismas condiciones sociales y ambientales, viven más las mujeres que los hombres?
La genética juega un papel importante y parece que favorece a las mujeres: sus cromosomas XX contienen genes que les ayudan a mantenerse con vida ya que un defecto genético en el cromosoma X puede reemplazarse por la “copia de seguridad” genética. Esta diferencia se demuestra en las mayores probabilidades que tienen los bebés varones de fallecer antes del parto, de nacer prematuramente o de presentar lesiones durante el parto.
Si atendemos a la biología, esta diferencia entre la esperanza de vida de hombres y de mujeres, puede tener una explicación en el sistema endocrino ya que hay hormonas relacionadas con un mayor riesgo de infarto entre los hombres o con la facilidad infecciosas y autoinmunes. Las mujeres producen más anticuerpos y, por otra parte, tienen más fuerte el sistema inmune que “nace” en el cromosoma X.
Además, los expertos señalan el estilo de vida como un factor de riesgo que está acortando distancias: el consumo de tabaco y alcohol se relacionaba de manera directa con los hombres y, si bien el consumo de tabaco en general está disminuyendo, las mujeres presentan cada vez más problemas de ingesta de alcohol. En ambos casos, se incrementa el riesgo de padecer cáncer.
A pesar de esta mayor esperanza de vida, las mujeres no viven mejor que los hombres. Identificamos la longevidad con un envejecimiento plácido y saludable pero esto no es así entre las mujeres mayores; la mayor parte viven con problemas de dependencia y necesitan ayuda de terceros para realizar las actividades de la vida diaria. Como dicen los expertos, “las mujeres viven más pero con muchos más pequeños problemas de salud que restan calidad de vida”.
¿Qué debemos tener en cuenta para vivir con calidad de vida? En Biosalud Day Hospital sabemos que todavía no se puede intervenir ante los factores genéticos que provocan las enfermedades, pero sí con el entorno que puede activar esa genética. La prevención no es infalible al 100% pero sí que reduce la mortalidad de manera significativa, como se ha comprobado con los casos de cáncer de mama o de pulmón.
En cualquier caso, podemos actuar sobre nuestra salud y “dar más vida a nuestros años y más años a nuestra vida”. Con un programa de prevención o específico para el sistema inmunitario podemos limpiar la toxicidad del organismo, adquirir hábitos saludables, reducir la inflamación intestinal y de los tejidos, si está afectando a un paciente.
Las muertes por causas no naturales también influyen en la longevidad de hombres y mujeres. En 2020, 2.930 varones se quitaron la vida en España frente a 1.011 mujeres. En cuanto a los homicidios, la tasa es cuatro veces mayor si hablamos de víctimas masculinas.
Enfermedades que afectan de manera diferentes a los hombres y a las mujeres
Tradicionalmente se ha excluido a las mujeres de las investigaciones biomédicas y se aplicaban los mismos criterios sintomatológicos que a los hombres. Sin embargo, se ha descubierto que en patologías agudas como un infarto, los signos de detección no son los mismos. Dolor en el centro de la espalda, indigestión, dolor de mandíbula, náuseas….son típicos síntomas que avisan de un ataque al corazón, frente al dolor en el pecho o en el brazo que siempre se ha considerado.
Ejemplos como este ponen a las mujeres en mayor riesgo ya que no se toman en cuenta a tiempo los síntomas de determinadas enfermedades.
La salud psicológica también es diferente entre hombres y mujeres. Enfermedades como la esquizofrenia o el autismo afectan más a los hombres sin embargo, hay patologías que tienen que ver con la forma en la que se socializa a las mujeres desde niñas: ansiedad, depresión, trastornos de conducta alimentaria o estrés. En este sentido, la medicalización de las mujeres con psicofármacos duplica a la de los hombres y tras la pandemia, las cifras han aumentado un 20%.