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¿Cuáles son los primeros síntomas del alzheimer?

Persona con alzheimer en una silla de ruedas

Uno de los síntomas del envejecimiento es la pérdida de memoria. Sin embargo ¿dónde está la línea entre unos síntomas normales del envejecimiento y una patología? El alzheimer es una de las enfermedades degenerativas que más preocupa y no tiene cura. Te contamos cómo puede afectarte y qué puedes hacer para vivir un envejecimiento saludable.

El Alzheimer es una enfermedad degenerativa, un tipo de demencia que afecta al sistema neurológico, especialmente de los mayores. Se estima, que entre el 3 y el 4 por ciento de las personas entre 75 y 79 años están diagnosticadas de esta enfermedad. Pero ¿podría detectarse antes? Estas son las señales que nos pueden alertar sobre esta enfermedad.

Primeros síntomas del alzhéimer

Los síntomas de Alzheimer se presentan en diferentes momentos y con diferente intensidad en función de la evolución. No obstante, hay indicios que nos pueden hacer sospechar en cuanto empieces a detectarlos de forma reiterada: cambios en el comportamiento y el estado de ánimo, dificultades comunicativas o motoras, problemas para orientarse o mantener la atención… Si estas cuestiones empiezan a afectar a la vida cotidiana de una persona o se detecta que se manifiestan con mayor frecuencia, es el momento de solicitar atención médica. La prevención es fundamental para tratar el problema a tiempo y frenar su evolución en lo posible.

Fase inicial o leve

En la primera fase aparecen los problemas para ejecutar correctamente las tareas laborales o domésticas. La persona afectada todavía es independiente y puede realizar las actividades básicas, si bien pueden requerir ayuda en las más complejas.

Los principales síntomas son:

Anomia (dificultad para denominar objetos o personas)

– Principio de apraxia (fallos en la coordinación)

Problemas de atención, concentración y memoria

– Picos de tristeza y ansiedad, cambios de humor repentinos

Fase intermedia o moderada

El proceso continúa en la etapa intermedia, donde la incapacitación todavía no es plena pero sí empezarás a percibir una incipiente pérdida de autonomía. Para actividades como hacer uso del móvil, comer o asearse necesitará ayuda de un tercero.

Los síntomas se recrudecen y acentúan:

– Mayores fallos en la memoria a corto plazo. Los recuerdos lejanos son más nítidos que los recientes. Pueden incluso manifestar dificultades a la hora de reconocer rostros familiares.

– Problemas para mantener conversaciones fluidas

– Fallos en la psicomotricidad

Desorientación espacio-tiempo y de índole personal

– Aparecen delirios y alucinaciones (sensación de robo, persecución o falso reconocimiento)

​- Insomnio

Alteración en el comportamiento

Fase final o grave

En este momento ya hay una dependencia absoluta del enfermo, cuyos síntomas se traducen en:

– Apraxia y afasia (incapacidad comunicativa, ya sea de forma oral, escrita o mímica)

Pérdida total de la memoria

– Inmovilidad

– Dificultad para controlar los esfínteres​​

Tratamientos integrativos para ralentizar el avance de la enfermedad

El alzhéimer es una enfermedad que no tiene un tratamiento curativo. Los pacientes tienen que ir aprendiendo estrategias para convivir con las crecientes dificultades y se pueden encontrar medios complementarios para que la calidad de vida paciente no se vea mermada de forma radical, existen tratamientos integrativos enfocados a disminuir los síntomas.

Las terapias no farmacológicas basadas en la estimulación cognitiva sirven para reforzar las capacidades presentes y proteger en lo posible las que ya se están viendo afectadas. Estos programas permiten dirigir mejor las alteraciones conductuales de los enfermos y pueden hacerse individualmente o en grupos.

Entre las actividades más habituales habituales la conocida como «orientación en la realidad», la musicoterapia o la reminiscencia. A través de la estimulación de los sentidos (como puede ser el caso de la música) se fomenta el recuerdo, se disminuyen las situaciones de irritabilidad, se mejora su ánimo y se fortalece su vínculo con el entorno.

En Biosalud, además, desarrollamos otro tipo de terapias complementarias para el tratamiento de las enfermedades degenerativas con los fundamentos de la medicina biológica.

Pero ¿qué sucede con la prevención del Alzhemer?

Desde este blog, ya informábamos de estudios que pondrían en relación el Alzheimer con la contaminación y con el estrés.

Aunque queda mucho por investigar, el tabaco o los factores de riesgo cardiovascular pueden influir en el Alzhemier. Se recomienda -siempre – una alimentación equilibrada y libre de azúcares y alimentos procesados, además del cuidado de la salud mental y desarrollo de las habilidades cognitivas.

**Este es un artículo de información general que en ningún caso sustituye una consulta o una opinión médica.

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