Hay aproximadamente un 15% de personas que, tras sufrir una infección por SARS-CoV-2, mantienen durante varios meses un conjunto de síntomas con independencia de cómo fue su COVID agudo. Esta sintomatología la denominamos también como “COVID prolongado”, “síndrome de COVID crónico”, “long COVID” o “síndrome de COVID postagudo”.
Al ser una enfermedad nueva, de forma continuada se actualiza la información científica a medida que se conocen nuevos datos.
Hay tres hipótesis principales sobre las causas del COVID persistente:
Según los datos de los que se dispone en este momento, los síntomas que se han presentado con más frecuencia entre la población estudiada son:
Según la encuesta realizada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y los colectivos de afectados LONG COVID ACTS, el COVID persistente es más frecuente en las mujeres (79%), en la edad media de la vida, aunque puede presentarse a cualquier edad y con síntomas persistentes durante más de 6 meses.
Otros síntomas son:
Independientemente de las pruebas rutinarias que en todo paciente con sintomatología variada y persistente se realizan, de forma específica realizamos un Panel de citoquinas LONG COVID, consistente en la cuantificación de IL-2, IL-4, IL-6, IL-8, IL-10, IL-13, Ligando CD-40, CCL3, CCL4, CCL5 (RANTES), TNF-alfa, IFN gamma y el VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular).
En dependencia de sus resultados, sabremos la situación del paciente y podremos establecer el tratamiento más adecuado.
En dependencia de los resultados analíticos, prescribimos una formulación magistral que reduzca las citoquinas inflamatorias, aumente las antiinflamatorias y regule los factores de crecimiento afectados. Además, protocolizamos siempre un tratamiento personalizado basado en la Medicina Biológica y en los últimos avances médicos sobre la materia, de modo que el paciente mejore progresivamente y que, finalmente, su sistema inmune sea eficaz y capaz de realizar su trabajo defensivo.
Si los síntomas son muy molestos y el paciente tiene una muy mala calidad de vida, con frecuencia es muy eficaz para una reducción casi instantánea de los mismos, mientras el resto del tratamiento va haciendo efecto, realizarle al paciente un ciclo de INUSpheresis® en el que vamos a filtrar la sangre del paciente, eliminando de golpe las citoquinas inflamatorias en exceso, que son las causantes de la sintomatología. Además, con la INUSpheresis® eliminamos la toxicidad por metales pesados, productos químicos y micotoxinas, que en realidad son los que están manteniendo la deficiencia inmunitaria y la sintomatología del paciente.
Efectivamente, puede ser así. En algunos casos de COVID persistente, nos encontramos realmente con una patología distinta, en muchos casos desconocida para el paciente. Se trata realmente de la Enfermedad de Lyme. El bloqueo del sistema inmune es de tal magnitud que cada vez es mayor el número de casos en los que tras un COVID agudo se desencadena un Lyme crónico.
Los síntomas son muy similares y en este caso es imprescindible para el diagnóstico diferencial realizar un Lymecheck® y, en ocasiones, una prueba de ADN de los bacteriófagos de Borrelia. Si sale positivo, es porque el bloqueo del sistema inmune es detectado por la Borrelia y las coinfecciones del Lyme crónico y todas ellas se activan aunque hayan estado durante años silentes. En estos casos, es imprescindible acudir a un especialista en COVID persistente que, además, sea experto en Lyme crónico, ya que el diagnóstico diferencial y el tratamiento eficaz es importantísimo.
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