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10 mitos sobre la enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme es una infección causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, transmitida principalmente por la mordedura de ciertas especies de garrapatas. A pesar de los avances en su diagnóstico y tratamiento, existen numerosos mitos que generan confusión y desinformación. En este artículo desmentimos algunos de los más frecuentes para ofrecer claridad sobre esta enfermedad.

Mito 1: Solo puedes contraer la enfermedad de Lyme en áreas rurales

Realidad: Aunque es más común en zonas boscosas y rurales, las garrapatas infectadas también se encuentran en parques urbanos, jardines e incluso en espacios verdes dentro de las ciudades y urbanizaciones. De hecho, en la actualidad La Hyalomma lusitanicum se está expandiendo de manera muy rápida y ya ha sido detectada en más de 80 municipios de las provincias de Barcelona y Tarragona. Es importante protegerse adecuadamente en cualquier entorno donde puedan haber garrapatas.

Mito 2: Si no tienes una erupción en forma de «ojo de buey», no puedes tener Lyme

Realidad: Aunque la erupción característica (éritema migratorio) es un signo temprano común, no aparece en todos los casos. Hasta un 30% de las personas infectadas nunca desarrollan esta erupción, lo que puede llevar a diagnósticos tardíos y complicaciones posteriores.

Mito 3: Solo las garrapatas grandes transmiten la enfermedad

Realidad: Las ninfas de las garrapatas de patas negras (Ixodes) son las principales responsables de transmitir la enfermedad de Lyme. Debido a su diminuto tamaño (apenas 2 mm), suelen pasar desapercibidas, aumentando el riesgo de infección.

Mito 4: La enfermedad de Lyme siempre provoca síntomas graves

Realidad: Los síntomas varían ampliamente entre las personas. Algunos pueden experimentar fiebre leve, fatiga o dolores musculares, mientras que otros desarrollan complicaciones más serias, como artritis, afectaciones neurológicas o cardíacas, incluso de tipo autoinmune. Un tratamiento temprano y adecuado puede prevenir estas complicaciones.

Mito 5: La enfermedad de Lyme se cura sola

Realidad: Sin tratamiento, la infección puede progresar y causar daños muy invalidantes y serios a largo plazo. Es fundamental buscar atención médica si sospechas que has sido mordido por una garrapata infectada, especialmente si experimentas síntomas.

Mito 6: Una vez tratada, no puedes volver a contraer Lyme

Realidad: Es posible infectarse de nuevo si otra garrapata infectada te pica. Cada infección es independiente, y el cuerpo no desarrolla inmunidad natural contra Borrelia burgdorferi. Además la Borrelia muta con mucha facilidad y muchas veces el sistema inmune no la ataca porque no la reconoce.

Mito 7: Todas las garrapatas transmiten Lyme

Realidad: Solo ciertas especies, como la garrapata de patas negras en Norteamérica (Ixodes scapularis) o la garrapata castor en Europa (Ixodes ricinus), pueden transmitir la bacteria causante de Lyme. Sin embargo, otras enfermedades también pueden transmitirse por diferentes especies de garrapatas.

Mito 8: Si no vives en un área endémica, no necesitas preocuparte

Realidad: Aunque es más común en regiones endémicas, como el noreste de Estados Unidos o ciertas partes de Europa y de España, las garrapatas infectadas se están extendiendo a nuevas áreas. Hoy podemos decir que con temperaturas por encima de 18ºC cualquier lugar puede ser un riesgo importante de ser mordidos por garrapatas y de ellas, el 50% están infectadas. Es un gran riesgo.

Mito 9: Los análisis de sangre siempre confirman o descartan la enfermedad de Lyme

Realidad: Las pruebas de laboratorio rutinarias (serológicas) no siempre detectan la enfermedad, especialmente en sus primeras etapas, cuando los anticuerpos aún no son detectables. El diagnóstico debe basarse en los síntomas, antecedentes y posible exposición. Además hay que realizar análisis más especializados como el Lymecheck AI y el Lymecheck iSpot para confirmar la enfermedad y si nuestras células defensivas están actuando y en qué nivel lo hacen.

Mito 10: Quemar o apretar una garrapata es una forma segura de eliminarla

Realidad: Estas técnicas pueden provocar que la garrapata libere más saliva o contenido estomacal lleno de Borrelia y otras infecciones si la garrapata está infectada, aumentando el riesgo de infección. La forma adecuada de retirar una garrapata es usar un gancho. Nunca los dedos, ni pinzas finas, ni alcohol, gasolina, etc… Procura evitar su aplastamiento y sujétala con el gancho lo más cerca posible de la piel y tira de ella suavemente, siempre en sentido giratorio. Limpia bien la herida con agua y jabón o aplicando un antiséptico. Al terminar lávate bien las manos. En los animales, que tienen la piel mucho más gruesa que los humanos, es mejor antes echar a la garrapata un spray antiparasitario externo que mate a la garrapata antes de quitarla, evitando así que se quede algo dentro al quitarla con el gancho.

Combatir la desinformación es clave para prevenir y tratar la enfermedad de Lyme. En Biosalud Day Hospital contamos con métodos avanzados para el diagnóstico y tratamiento personalizado de esta enfermedad. Si tienes dudas o sospechas de infección, no dudes en contactarnos para una evaluación profesional. Juntos, podemos proteger tu salud y bienestar.

 

 

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