Una investigación realizado por Alberto Ascherio, profesor de epidemiología y nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (EE. UU.), señala que la Vitamina D podría frenar el avance de la enfermedad de las personas que padecen  esclerosis múltiple, y además de disminuir la actividad cerebral nociva. La esclerosis múltiple es una enfermedad del sistema nervioso central y los niveles de la vitamina D pueden estar asociados con el proceso de la enfermedad, según un estudio publicado en la revista científica JAMA Neurology. De ahí que la biomedicina inmunogenética puede usarse en su vertiente preventiva.

Los investigadores comprobaron si la concentración sérica de 25-hidroxivitamina D, un marcador para reflejar el estado de vitamina D, se relaciona con la actividad de la esclerosis múltiple y el avance en pacientes con un primer episodio de esclerosis múltiple. Los niveles en sangre de 25-hidroxivitamina D se evaluaron como punto de una prueba aleatoria planteada originalmente para estudiar a pacientes que fueron tratados con interferón beta-1b.

Los científicos analizaron los niveles de vitamina D en 465 participantes con señales de esclerosis múltiple que participaron en una prueba diseñada para analizar el tratamiento con interferón beta-1b. Estos pacientes fueron seguidos durante los cinco años siguientes, sometiéndose a imágenes de resonancia magnética para que los investigadores pudieran explorar los daños cerebrales relacionados con la enfermedad.

Durante los primeros 12 meses de seguimiento, unos aumentos de 50 nmol/L de 25 [OH] D se relacionaron con un riesgo de un 57% menos de riesgo de nuevas lesiones cerebrales activas.

Los investigadores también descubrieron un 57% menos de posibilidades de recaída, un 25% menos de incremento anual en el tamaño de las lesiones de T2 y un 0,41% más baja en el tamaño cerebral de 12 a 60 meses.

Principales aplicaciones en la Biomedicina Inmunogenética

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