Biosalud Day Hospital cuenta con tratamientos personalizados para paliar los efectos de esta dolencia rara, autoinmune y crónica que ataca al tejido conectivo del cuerpo
Es una enfermedad rara (por su baja incidencia), autoinmune (ya que el organismo se agrede a sí mismo) y crónica. Sin embargo, cualquier persona está expuesta a padecerla. Es la esclerodermia, una dolencia, cuyas causas exactas todavía se desconocen y que ataca a lo que se denomina tejido conectivo del cuerpo (es decir, el que da soporte a la piel y a los órganos internos). La enfermedad provoca su endurecimiento, además de un aumento de su grosor, lo que causa hinchazón y dolor en músculos y articulaciones.
El endurecimiento de la piel es una de las manifestaciones más visibles de la enfermedad, tal y como indica su nombre (proveniente de las palabras griegas “sclero”, que significa duro, y “derma” que quiere decir piel). Pero la enfermedad varía de paciente a paciente.
Diferentes tipos de esclerodermia
Se pueden distinguir dos clases principales de esclerodermia: esclerodermia localizada y esclerodermia sistémica. Así, la esclerodermia localizada afecta a la piel de zonas como las manos, la cara o los músculos. Se desarrolla lentamente y raramente se extienden a otro lugar (los órganos internos, normalmente, no se ven afectados) y las personas con esclerodermia localizada rara vez desarrollan esclerodermia sistémica.
- Una forma de esclerodermia localizada es la morfea. Se caracteriza por la aparición sobre la piel de parches cerosos de distintos tamaños, formas y color. La piel debajo de los parches puede espesarse y éstos pueden ampliarse o reducirse (muchas veces hasta pueden desaparecer espontáneamente). La morfea suele aparecer en pacientes de entre 20 y 50 años, pero a menudo se ve más en niños pequeños.
- La esclerodermia lineal es otra forma de esclerodermia localizada. Frecuentemente, comienza como una línea de piel endurecida y encerada en un brazo, pierna, tronco o frente. A veces, se forma un pliegue largo en la cabeza o el cuello, denominado “golpe de sable” porque se asemeja a una herida de espada, que puede llegar a causar hemiatrofia facial. La esclerodermia lineal tiende a involucrar capas más profundas de la piel, así como las capas superficiales. En ocasiones, puede afectar al movimiento de las articulaciones. La esclerodermia lineal, generalmente, se desarrolla en la infancia, pudiendo verse afectado el crecimiento de las extremidades implicadas.
Por su parte, la esclerodermia sistémica puede afectar al tejido conectivo en muchas partes del cuerpo. El tejido de los órganos implicados se hace duro y fibroso, haciendo que funcionen menos eficientemente. Puede implicar a la piel, el esófago, el tracto gastrointestinal, pulmones, riñones, corazón y otros órganos internos. También puede afectar a los vasos sanguíneos, músculos y articulaciones. Hay dos principales patrones reconocidos a los que puede llevar la enfermedad:
- En la esclerodermia difusa, el espesor de la piel se produce más rápidamente, implica más áreas que en la enfermedad limitada y puede afectar la dermis de cualquier parte del cuerpo, especialmente, en las manos, los brazos, los muslos, el pecho, el abdomen y la cara. Adicionalmente, las personas con esclerodermia difusa tienen un mayor riesgo de desarrollar “esclerosis” o endurecimiento fibroso de los órganos internos.
- La esclerodermia limitada afecta a la piel de la cara, los dedos de las manos y las manos y no se extiende más allá de los codos o las rodillas. Aunque los problemas internos ocurren, son menos frecuentes, tienden a ser menos severos que en la esclerodermia difusa y tardan más en desarrollarse. La esclerodermia limitada también se llama a veces síndrome de CREST, acrónimo que responde a las iniciales de las cinco características más comunes de esta enfermedad: Calcinosis, fenómeno de Raynaud, disfunción esofágica, esclerodactilia y telangiectasia. Las personas con esclerodermia limitada y ocasionalmente con esclerodermia difusa pueden desarrollar hipertensión pulmonar, una enfermedad en la cual los vasos sanguíneos del pulmón se estrechan, lo que lleva al deterioro del flujo sanguíneo a través de los pulmones, provocando dificultades para respirar.
Un diagnóstico difícil, largo y complejo
Sin embargo, debido a su escasa casuística (estimada en tres casos por cada 100.000 personas) y su amplia variabilidad sintomática, muy similar a la de otras enfermedades autoinmunes, el diagnóstico de la esclerodermia suele ser difícil, largo y complejo. Este proceso, además, puede requerir consulta con un reumatólogo especialista en artritis o con un dermatólogo (especialista en la piel), así como estudios de sangre y otras muchas pruebas especializadas, dependiendo de los órganos que estén afectados.
Actualmente, no hay cura para la esclerodermia, pero hay muchos y variados tratamientos disponibles para ayudar a los síntomas particulares en cada persona. Por ejemplo, para controlar la acidez estomacal se pueden utilizar inhibidores de la bomba de protones PPls o medicamentos para mejorar el movimiento del intestino y la acidez estomacal. Otros tratamientos buscan la disminución de la actividad del sistema inmune.
Un tratamiento con técnicas de Medicina Biológica
En Biosalud, protocolizamos un tratamiento personalizado en varias fases donde se combinan todas las técnicas propias de la Medicina Integrativa. Lo primero que hacemos es una regulación funcional, un drenaje de toxinas y, si es preciso, una terapia de quelación para eliminar metales pesados, junto con un saneamiento intestinal.
Después de cuatro semanas, continuaremos con el tratamiento de las infecciones bacterianas o víricas o fúngicas. Tras un periodo mínimo de ocho semanas, haremos una regulación del sistema inmunitario y una desactivación de las cargas genéticas que se han activado en el paciente para desarrollar la enfermedad autoinmnune.
Y es que, en definitiva, nuestro objetivo no es otro que el de que tu organismo recupere el bienestar y un estado saludable para que tú te sientas mejor.
2 comentarios en «Esclerodermia, la enfermedad la piel dura»
HOLA BUEN DIA:
EL IMPLANTE DE CELULAS MADRE PUEDE SER UN TRATAMIENTO PARA LA ESCLERODERMIA
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